Diario de una adolescente

Capítulo 2: la convivencia

(Diego)

Me quedé bastante impresionado al ver que la hermana menor de mi novia iba ha ser mi compañera de cuarto durante todo el curso, era raro que pusieran en un mismo cuarto a un chico y una chica, pero, no soy quien para decirle al director que me cambie de habitación. Además creo que me empieza a gustar Amy.

Ya habían acabado las clases y Mike, John y yo teníamos entrenamiento de fútbol. Un chico llamado Kevin al que no le caigo muy bien, viene con nosotros a entrenar para ver si el día menos pensado puede llegar a darme un balonazo en toda la cara, pero, todavía no lo ha conseguido. Faltaban solo cinco minutos para que el entrenador tocase el silbato para avisarnos de que ya habíamos terminado por hoy, pero, cuando nadie miraba Kevin me dio con toda la suela de las zapatillas en la pierna. Yo me retorcía de dolor en el suelo hasta que Mike y John me vieron y avisaron al entrenador, entre los tres me llevaron a mi habitación.

Vino una enfermera bastante guapa y me examinó la pierna

-Diego, siento tener que decirte que tienes la pierna rota y que no puedes ir a clase las próximas dos semanas.- Me informó ella un pelín seria.

-A mi no me importa no poder ir a clase.- Digo yo con una sonrisa dibujada en la cara.

-Si, eso ya lo se, pero, no lo lamento por ti.- Dice ella poniendo cara de que yo era un caso perdido.

-¿Por quien lo lamentas entonces?- Pregunto muy preocupado.

-lo lamento por Amelia.- Dice ella mientras Amy entra en la habitación con sus libros en la mano.

Al verme tumbado en la cama con la enfermera cerca se preocupo.

-Diego, por dios.¿qué es lo que te ha pasado?- Pregúnta ella aún más preocupada que antes.

-Nada, poca cosa, me he roto la pierna.- Digo yo bromeando un poco para ver como reaccionaba.

- Y ESO TE PARECE A TI POCA COSA.- Dijo ella gritando, casi dejándome sordo.

-Jajajajajajaja.- Empecé a reír por la cara que estaba poniendo mientras gritaba.- Tranquila, ahora mismo no me duele.- Digo yo mientra pensaba en lo que me había dicho sobre que lo lamentaba por Amy.

-Diego, volviendo al tema, Amelia será la que te cuide durante estas dos semanas de reposo que tienes que hacer.- Dice ella mientra le da a Amy una radiografía y a mi unas muletas.- Venid los dos conmigo, tengo que hacerle a Diego la escayola.- Dice mientras sale por la puerta.

Amy me ayudó mucho de camino a ponerme la escayola, creo que ella y yo estábamos desde un principio destinados a estar juntos.

Cuando me pusieron la escayola, Amy volvió a ayudarme para ir a la habitación. Al entrar ella abrió mi cama y muy despacio y con mucho cuidado me ayudó a tumbarme, cogió mis muletas y las dejo en la pared en una posición en la que no se caerían.

Pasaron dos días y Amy me cuidaba muy bien y era muy amable y simpática conmigo, creo que empieza a gustarme esta chica.

Ya había pasando una semana y de lo bien que me trata Amy me había olvidado por completo de Amanda. Esa noche cuando Amy dormía aproveche para ir a ver a Amanda, porque, una hora antes le escribí un mensaje diciéndole que nos veíamos en el campus en dos horas, que iba a tardar en llegar, porque tenía la pierna rota.

Cuando llegué al campus Amanda me estaba esperando muerta de frío.

-¿Cuánto tiempo llevas aquí fuera, sola?- Pregunto yo al ver su cara, que parecía que le estaba dando una hipotermia.

-Unos 10 minutos.- Dice ella mientras me mira la pierna escayolada. -¿Qué es lo que ha hecho para llegar a romperte la pierna?- Pregunta ella con cara de frialdad y no precisamente por el frío que hacía en el campus.

-En el entrenamiento, Kevin me ha dado una patada con toda la suela cuando nadie miraba.- Contesto yo un poco nervios.- Amanda, tenemos que hablar.

-Oh, no. "Tenemos que hablar" son las palabras que toda chica teme que salgan de la boca de su novio.-Dice ella mientras se le llenaban los ojos de lágrimas.

-Veras, me gustas mucho, pero, hay una chica que me gusta todavía más que tu.-Digo yo mientra me llamaba Amy porque se había despertado.

-¿Me estas dejando?- Decía mientras las lágrimas que contenía en sus ojos verdes salían y recorrían su rostro.

-Mira por donde, me está llamando ahora mismo.- Digo y sin pensarlo dos veces puse el altavoz para que la escuchara.

-Diego, ¿Dónde estás?-Dice Amy por el teléfono mientras a Amanda se le cambiaba la cara porque no sabía quién era la que hablaba.

-¿Quién es?- Decía ella susurrando para que no la llegase a oír mientras sus ojos dejaban de soltar esas lágrimas que no podía contener.

-Es tu hermana.- Digo yo también susurrando.