Capítulo 7: enamorandote

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(Amelia)

La escena que compartieron mi hermana y Adam me conmovió tanto que sin darme cuenta le pregunté:

Adam, gusta mi hermana?- Ni me di cuenta de que era lo que decía.

Él se sonrojo y mi hermana igual, al ver su sonrojo. Diego parecía estar en las nubes y al verle le toque el hombro, a lo que él pareció asustarse.

Te pasa algo, Diego?- Le pregunto yo susurrando en su oído

Si, estoy bien, solo esque estoy pensando en mis cosas, nada más.- Responde el un poco nervioso mientras al igual que yo susurra con la intención que los demás no nos escucharan.- Oye, Amy ya casi hemos terminado el curso y hay una cosa que quiero preguntarte desde hace tiempo.- Dijo el muy nervioso.

Qué es lo que pasa, Diego?- Pregunto yo un poco sonrojada debido a que yo creía que iba a pedirme una cita o algo asi.

Ven conmigo.- Dice él escasos segundos antes de sacarme de allí cogida del brazo.

Cuando estábamos solos en el pasillo él estaba más nervioso que antes, lo cual a mi ya me empezaba a preocupar.

Ahora que estamos solos va ha ser mejor hacerte la pregunta.- Dice un poco inquieto.

Qué es lo que ocurre? No me preocupes, porfavor.- Digo yo inquieta, los dos estábamos igual.

Amy, te gustaría quedar conmigo por hay?- Pregunta él muy nervioso, como si le fuese la vida en mi respuesta. Mientras él anhelaba mi respuesta, yo pensaba dentro de mi cabeza la ansiada respuesta.

Esta bien, Diego. Solo una pregunta.- Digo yo siendo ahora la que pasa a estar nerviosa mientras que por el rostro de Diego una podía llegar a pensar que él se sintiera como si hubiera quitado un gran peso de encima.

Qué pregunta, Amy?- Pregunta él muy dudoso y a la vez preocupado.

Sería como una cita?- Pregunto yo un poco sonrojada.

Rápidamente baje la cabeza por la vergüenza, cuando le mire a la cara él estaba más sonrojado que yo y eso hizo que fuese un momento bastante incómodo.

S-Si, se-sería como una ci-cita.- Dice él tartamudeando. A decir verdad nunca lo había visto así de nervioso, le gustaba de verdad.

Nos fuimos a la Universidad y el director nos dijo que podríamos tomarnos todo el día para descansar, pero, Diego y yo lo aprovechamos para prepararnos para la ansiada cita.

Cuando era de noche, Diego y John llegaron a la habitación, Diego llevaba un esmoquin negro con una pajarita también negra y en el bolsillo de la chaqueta un pañuelo de color rojo. Yo por otro lado, yo llevaba un vestido rojo y unos tacones de mi hermana, cuales le había cojido prestados, también un poco de maquillaje; pinta labios de color rojo, un poco de sombra de ojos y una chaqueta de color blanco por si hacía frío.

Guau! Estas muy guapa, Amy.- Dice él muy sonrojado. John parecía celoso, eso me preocupaba y hacía que me preguntara a mi misma que era lo que hacía allí John.

Gracias, tu también estás muy guapo.- Dijo yo un poco sonrojada, él se sonrojo más de lo que ya estaba mientras que John paso de estas celoso a estar triste.

Bueno, yo me voy, suerte en la cita.- Dijo John muy triste, se fue con la cabeza baja y eso hizo que sintiera lástima por él.

Diego y yo salimos del edificio y fuimos a la entrada donde se colocaba un coche. Ese coche era de color azul con unas rayas de color verde.

Vaya, de quien es el coche?- Pregunto yo muy asombrada por el coche.

Es de mi padre, me lo ha dejado para esta noche con una condició.- Dice un poco sonrojado.

Qué condición?- Pregunto yo un pelín sonrojada.

Que no se lo vuelva a rayar.-Dice él mientras pone la palma de la mano en la nuca.

"Vuelva"?- Pregunto yo un poco celosa pensando dentro de mi cabeza que fue al estar con otra chica.

Si, esque cuando yo, John y Mike fuimos a la tienda de videojuegos, sin querer lo raye.- Dice él un poco avergonzado, como si le diese vergüenza decir que lo rayo.

Ah, eso explica el porqué está aquí vuelto a pintar.- Digo yo segundos antes de que Diego me abriera la puerta para que yo entrase en aquel coche tan bonito.

Al principio me llevó a uno de sus lugares favoritos; La colina que había detrás de la Universidad, allí fue donde a Adam le pasó aquella cosa tan rara. Nos sentamos encima de una manta que trajo él y contemplamos la luna con tanto fervor que mi corazón se sentía en paz y al mirar a Diego contemplar la luna sentía como si mi alma y la suya siempre hubieran sido una.

Esto es precioso, normal que sea tu lugar favorito.- Digo yo muy contenta y con una sonrisa de oreja a oreja.

Si, solo llevo aquí un año, pero, desde siempre me ha gustado.-Dijo él mientras soplaba una suave pero fría brisa que hacía que el pelo de ambos se moviera.

Que frío.- Digo yo susurrando mientras pongo mis manos en los hombro y empiezo a moverlos de arriba y abajo.

Tienes frío?- Pregunta él un poco preocupado por mi.

Si, si te digo la verdad bastante.- Digo yo escasos segundos antes de que él me pusiera por encima su chaqueta, cuando él hizo eso me recordó a la típica película de amor.

Mejor?- Preguntá él sonriendo.

Si, gracias, Diego.- Respondo yo bastante sonrojada, al ver mi sonrojo él fue quien pasó a sonrojarse.

Pasó media hora y nos fuimos a dar un paseo por la ciudad hasta llegar al río, donde las luces que había de forma lineal en la orilla hacían que el agua cristalina de dicho río brillara.

Que bonito.- Digo yo mientras miraba con mucho esplendor el río.

Sabía que te gustaria.- Dice él con una gran sonrisa dibujada en su rostro.

Diego, porque querías tener una cita conmigo?- Pregunto yo un poco sonrojada.

Al yo decir eso él se sonrojo tanto que decir la típica frase de "-Tan rojo como un tomate" era quedarse corto.

Pues la verdad Amy es que......- Intenta decir él, pero, de repente apareció la única persona que yo no querría ver en ese momento.

Diario de una adolescenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora