Ganó la razón

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Se han encontrado de frente y ella no ha podido esquivarle, ni siquiera reaccionar.
Ha visto cómo sus ojos azules se quedaban sin palabras y a la vez tenía miles de preguntas que formularle. Y él ha sido el primero en hablar.
-¿Cómo te va?-ha dicho con una voz que se la antojaba demasiado desconocida.
-Muy bien, gracias- y le ha rodeado con intención de marcharse, pero sabiendo que no podía.
-Me alegro. Te escribí, pero no respondiste- añadió evitando que se fuera y alejara más de lo que estaba.
-Es que yo ya no tengo nada de lo que hablar contigo-dijo con rencor en el corazón.
- Bueno, pero por lo que compartimos.
-Exacto, pasado. Ya no me importas. Por favor, déjame -respondió ella de forma tajante y mientras daba unos pasos ya determinantes.
Él la sujetó suavemente por el brazo y sus ojos gritaron: No niegues que no sigues sintiendo algo por mí.
-No, hace tiempo que te fuiste de mi vida y entonces abrí los ojos. No hay nada más que hablar.
Y ella se fue sintiendo como la mirada de él se quedaba clavada en su espalda, pero no se giró.
Y al doblar la esquina comenzó a llorar. Había sentido cómo su corazón se paraba al verle y cómo empezaba a latir a mil al hablar con él. Cómo se le abrían las entrañas al negar la verdad. Pero ella sabe que las historias de amor verdadero no existen y que hace meses que la razón ganó al corazón.
A ti, hasta nunca.

MicrorrelatosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora