Capítulo 10

731 53 19
                                    

América;

— ¿Si me veo bien? Digo, no me veo muy....

— No Fer, te vez muy bien, ya tranquila, estás muy nerviosa -dijo Vane riendo.

— No sé, siento que me falta un poco de...

— No te falta nada mujer, estás perfecta -dije ésta vez yo.

— Gracias -dijo y dio una risa nerviosa- ¿seguras está todo bien? -volvió a preguntar después de un rato y Vane y yo reímos.

— Que sí Fer, ya vete saliendo que se hace tarde, todo va a salir bien, vas a ver que sí -dijo Vane abrazándola.

— Claro y yo iré y la haré de tu guardaespaldas por si Emilio se quiere pasar de listo y tenemos que usar la fuerza bruta -dije uniéndome al abrazo y las tres reímos, después de un rato nos separamos.

— Bueno, es hora de que partan rumbo a su destino, Fer todo va a salir bien y América, por lo que más quieras no vayas a salir con tus gritos ni con tu mal genio contra Emilio ¿sí?

— Si se lo gano lo voy a hacer -dije alzando los hombros.

— Bueno, nos vamos -dijo Fer tomando su bolsa.

— Suerte -dijo Vane y Fer y yo salimos del apartamento.

Llegamos a su auto y yo conduje camino al café en el que se quedaron de ver.

— Nunca te había visto tan nerviosa -dije riendo y ella hizo lo mismo.

— Ya sé, ni yo me la creo, estoy más nerviosa que cuando presenté mi examen de admisión para entrar a la universidad -dijo y reímos.

— Ya, va a pasar lo mismo que cuando presentaste el examen, todo va a salir bien -dije y ella rió.

— Gracias por acompañarme, a pesar de que sé que no estás tan de acuerdo con esto.

— Él te hace feliz con tan sólo saber su nombre, hoy que se conozcan más, seguro cae rendido a tus pies. Tú y él se merecen lo mejor de la vida, por lo que sé no la ha tenido nada fácil -dije con la mirada en el camino.

— Muchas gracias, de verdad -dijo viéndome.

— No tienes nada que agradecer -dije sonriendo pero aun con la mirada al frente.

De ahí se hizo el silencio pero cada cierto tiempo miraba a Fer de reojo. Se miraba en su pequeño espejo, quitaba el Labial, ponía uno de diferente color y luego también lo quitaba para volver al primero, miraba sus pestañas, se arreglaba la ropa... Al final no pude evitar reír de sus acciones.

— Ya por favor, me mareas -dije en broma y ella rió.

— Perdón, no puedo detenerme -dijo y reí.

Edson;

— ¿Estás seguro que todo bien? -preguntó Emilio y Diego se llevó las manos a la nuca para luego alzar la mirada al techo, ya fastidiado y yo sólo reía.

— ¡Que si hombre! ¿qué más quieres ponerte? ¿labial? -dijo Diego desesperado.

— Si quieres puedo ir a pedirle uno a mi hermana para ti -dije en broma y ésta vez Diego rió.

— No, gracias -dijo Emilio sarcástico.

— Ya pues, tranquilizate por favor ¿si? Te vez bien, ya te lo dijimos muchas veces -dije.

— Si, pero....

— Si vuelves a decir que sientes que te falta algo, te juro por mi madre que voy con Adri y le digo que necesitas que te maquille -dijo Diego, nuevamente irritado y ahora fue Emilio quien miró al techo con fastidio.

Besos en Guerra || Edson Álvarez ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora