CONTRARIOS

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Hoy como todos los fines de semana, eh llegado al antro, los guardias mi saludan tan amables y educados como siempre con tal de que les dé un poco de mercancía.

Mi padre es dueño de algunos bares y antros dentro y fuera de la ciudad, digamos que es un hombre de negocios y tiene a su familia metida en ellos.

El se encarga de importar la mercancía y nosotros de distribuirla, los antros son puntos donde hacemos grandes ventas, y algunos de nosotros vendemos en nuestra propia casa.

Jamás me ah faltado nada, mi padre nos a dado todo hablando de cosas materiales, es obvio que siendo un hombre de negocios no ah podido pasar tiempo con nosotros, podríamos decir que no nos ah afectado pero gracias a su falta de atención somos lo que somos.

Tengo tres hermanos, dos de ellos mayores que yo, gracias a los problemas de mi padre ascesinaron a mi madre, este fue un golpe muy duro para nosotros, desde ese día dejó de importarme todo y llegue a sentir odio hacia mi padre.

Siempre me negué a participar en sus negocios, pero la necesidad y falta de oportunidades me hicieron meterme poco a poco en ésta mierda.

Guardia: ¡Mamba!, Ya era hora...- quita la cadena para darme pasó, los jóvenes alegan que ellos tienen más tiempo esperando-.

Me adentro hasta el fondo tratando de evitar a la multitud y rosado con algunas personas, protejo el paquete contra mi, mi chaqueta me apoya a que no se note, también evita que se note mi arma, nunca ando desprotegida.

Subo las escaleras después de que me seda el paso otro guardia, abro la puerta y ahí lo veo.

Mamba: Es bueno verte.

Jason: Presiosa mamba, pensé que te habías olvidado de mí.-me toma por la cintura y deja un beso en la comisura de mis labios-.

Me separo de él, tomo el dinero que se encuentra en la bolsa trasera de su pantalón y dejo el paquete en el el escritorio dandome vuelta para irme

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Me separo de él, tomo el dinero que se encuentra en la bolsa trasera de su pantalón y dejo el paquete en el el escritorio dandome vuelta para irme.

Me dirijo al primer piso y me acerco a la barra.
El bartender me dirige una mirada y sirve mi bebida, el sabe siempre lo que necesito.

Es triste darte cuenta que en realidad ya nada te emociona, ya nada te hace feliz y sólo recurres a drogarte para por lo menos poder sentir el corazón acelerarse.

Inhalo una dosis y salgo directo a mi coche, es un deportivo negro, corre como diablo, aveces hacemos carreras entre los chicos del barrio, apostamos grandes cantidades de dinero, gano mucho vendiendo ésto, se la compro a mi padre al precio justo y yo la revendo más o menos al triple de su valor.

Es un buen negocio.
Me dirijo a una carrera, está saliendo de la cuidad en una carretera libre, no es muy transitada así que no hay problema.

Todo está muy animado, hay muchas personas bebiendo y divirtiéndose, muchos autos aparcados y algunas motos muy chulas.
Estaciono mi auto cerca de la meta para observar el espectáculo, ésta noche yo no corro, es turno de las motos.

It is love, Gemelos. Daryl O MattDonde viven las historias. Descúbrelo ahora