Prólogo

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Asink

Perder a mi vieja dama fue el único suceso que me marcó la vida, lo único que me queda como recuerdo hacia ella, hasta que conocí a una hermosa persona que tiene la misma personalidad que ella, tiene los rasgos que ella y me confunde más de lo que ya estoy.
Conocer de nuevo a esa persona que el mundo quiere que te dé una oportunidad es algo genial para mí. Mi mundo está hecho puta, no quiero saber de nadie hasta que conocí a Sabrina Bruns mi agapi.

Las drogas y el alcohol fueron mis oscuridades, no pude dejarlo todo. Los días pasaron y me aleje todo, el club, mis amigos, mi familia y sobre todo me aleje de mis sobrinos/as, no quise saber nada de la realidad de lo que me pasaba. Me salvo una luz de nuevo. Sabrina Bruns mi agapi, la luz de mi vida.

Emborracharme es lo único que cura mi problema, solo quiero desahogar mis penas y hacer mi duelo de esa manera.
Astere era la única que llenaba mi ser, la única que sabía de mi felicidad, mis sueños. Las llamadas en mi teléfono son constantes, pero no les hago caso, lo tiro contra la pared y bebo más de la botella.

Escucho que alguien patea la puerta y alzo mi mirada es borrosa pero igual puedo ver Killian y Asim vienen corriendo hacia mí empiezo a ver todo oscuro.

Horas más tarde…

— Fue una sobredosis de alcohol, tienen que tratar que no tome ningún vaso de alcohol por un largo tiempo porque no durará mucho, su sistema no puede recibir alcohol o droga si lo toma puede quedar en coma — comenta una voz que no se me hace conocida

— Doctor no nos hace caso ¿qué podemos hacer?— pregunta Killian preocupado y desesperado.

— Tengan es una tarjeta de un grupo de rehabilitación — habla y extiende una tarjeta.

— Mi hermano no es ningún alcohólico — habla indignado mi hermano.

—  ¿Cuánto tiempo se quedará así? — pregunta Asim cambiando de tema.

—  Dentro de unos días despertará — es lo único de que dice el doctor. No escucho nada más.

Sabrina

Días después

Saco todo el equipaje del taxi y le pago, no puede ser tan difícil entrar de nuevo a esa casa, suspiro y abro la casa empiezo a toser por los polvos que hay en toda la casa, todo está con telas y cerrado, abro las cortinas se caen, escucho algo moverse dentro del sofá empiezo a gritar un ratón enorme sale de él

— Carajo — maldigo.

Miro a mi alrededor, suspiro frustrada porque tengo que hacer mucho trabajo en este lugar, suspiro y me doy cuenta que la casa no tiene ningún elemento de limpieza y decido ir al  supermercado que está cerca de la casa.

Minutos más tarde…

Entro empiezo a poner las cosas que necesito en el carrito, una vez que tengo todo me dirijo a la caja miro a un tipo con un chaleco que tiene las letras Demons Kings S.A.

— Tienes muchas cosas — dice mirando mi carrito, lo ignoro completamente, él me sigue.

— No te había visto por acá antes — habla de nuevo.

Que insistente, hombre.

— Hoy me mudé — es lo único que digo para que me deje tranquila.

— Asink Pregonas mucho gusto — se presenta con una sonrisa, estira su mano para poder estrecharla.

— Sabrina Bruns encantada — murmuro. La cajera y el abren los ojos sorprendidos

— El viejo Bruns tenía una hija — dicen los dos al mismo tiempo y asiento con la cabeza.

— En realidad, mi papá y yo hace mucho que no veníamos aquí — justifico.  Los dos se quedan callados.

— mi padre falleció y yo me quede con la casa — comento mientras entrego a la cajera las cosas cuando termino de pagar, observo que  todas las bolsas que son muchas, no tengo como irme o cómo llevar.

¿Qué haré ahora?

— ¿Quieres que te lleve? — pregunta Asink mientras guarda sus bolsas dentro de su auto.

— ¿Enserio? —  cuestiono con asombro.
— Todo por la nieta del viejo Bruns — dice sonriendo encojo los hombros

— Está bien — acepto al llegar a la casa, bajamos todas las cosas, entramos y pongo mi abrigo en el perchero de la entrada.

— Puedes pasar en la cocina y dejar las bolsas. Muchas gracias por ayudarme Asink — agradezco al hombre quien está en shock todavía.

— ¿Segura que te quedaras aquí? La casa está un poco abandonada — pregunta sorprendido.

— Nunca más vinimos. Creo que es hora de arreglarla —  respondo

— Te ayudare a hacerlo, necesitarás mano de hombre también — expresa con una sonrisa, me sorprendo sin poder creerlo

— ¿Enserio? — indago y asiente
— Unos hermanos también nos ayudarán — aclara.

— Gracias Asink — agradezco. El se va hacia la salida, se detiene y mira por encima de sus hombros.

— Vendré mañana lucecita —es lo único que dice antes de  salir de la casa.

¿Por qué me dijo lucecita?

Asink (#3 Mc Demons Kings)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora