Fría, como hielo. Si me tocas corto. Si me dañas rompo. Poca gente consigue sacar lo bonito, lo de dentro. Siempre he sido de no esperar nada de la gente, así no me decepciono. "No confíes" dice mi mente, "confía una vez más" dice mi corazón. Al fin y al cabo siempre pasa lo mismo: confías, te fallan, te decepcionan, te duele, y con el tiempo notas el vacío. Solemos creer que llegará alguien semejante y que llenará ese hueco pero no es así. Es como poner una pieza del puzzle allí donde no es su lugar, por mucho que lo intentes, por mucho que busques una que creas que encaja a la perfección nada es igual. Cuando un vaso se rompe, por mucho que pegues los pedazos, por mucho que compres otro igual, podrá ser mejor o peor pero nunca será el mismo. Al fin y al cabo las personas van dejando cicatrices en nosotros, eso sí, unas duelen más que otras.
Y todo eso es lo que al final te hace fría, te hace alejarte de personas que quizás podrían ser lo mejor de tu vida. Pero no, preferimos malo conocido que bueno por conocer. Nos cerramos en nosotros mismos y no dejamos que nadie nos descubra, no dejamos que nadie explore en nosotros y encuentre oro. Y ahí está el problema, pensar que porque alguien nos dañe o nos rompa, todos van a hacerlo. Nunca dejes de confiar, todos te aportarán algo.
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EL DIARIO DE MI ALMA
EspiritualLa gente suele desahogarse llorando, yo escribiendo. Si estoy mal, escribo. Si estoy bien, escribo. Escribo todo lo que pasa por mi mente, centro el pensamiento en algo en concreto y a partir de ahí las palabras salen solas. Eso es lo que encontrare...