9-"Por que se me dio la gana"

88 3 0
                                    

NARRA SAMANTHA

Mi alarma sonó provocando mucho ruido en mi habitación, abrí lentamente mis ojos y estire mi mano hasta alcanzar el reloj, suspire y por poco olvidó que Harry había dormido en mi cama.

Volteo mi cuerpo hacia donde Harry había dormido pero vaya sorpresa la que me he llevado el ya no estaba me había abandonado. Una sensación extraña recorrió mi cuerpo... ¿Enojó? ¿Tristeza? ¿Decepción? No lo sé.

Me levanto de la cama y me dirijo a el baño, tomó una ducha rápida y me pongo ropa cómoda para el clima frío y lluvioso de los últimos días, llego a la cocina y mis padres desayunan y platican felices, debo de admitir que los amo demasiado son un gran pilar en mi vida.

-Cariño! Buenos días, toma tu plato.-mi madre hablo sonriendo señalando un plato con un burrito.

Mis tripas rugieron y rápidamente me senté a la mesa a desayunar.

-Sam y como has dormido?.- Mi padre pregunto mientras daba un sorbo a su café.

"De puta madre" pensé.

-Bien, creí que me daría frío pero al final he dormido bastante bien.- conteste con imágenes de la noche pasada en mi mente.

-Bueno, hemos pensado ir a visitar a Erick, en 3 semanas aproximadamente.- mi padre hablo.

-Oh, ok.- conteste.

-En familia.- mi madre volteo a verme.

-Bien.. Pero vamos no nos llevamos bien!.- me queje.

-Son hermanos Samantha, algún día ustedes se necesitarán el uno al otro.-mi padre replico.

-Los padres no somos eternos, y los hermanos son los que siempre estarán ahí para apoyarse, sólo recuérdalo.- mi madre me guiño un ojo sonriendo.

Mi madre la mujer más hermosa del universo, mi mejor amiga, no iría a visitar a Erick porque me cae bien ni nada de eso, lo haría por ver felices a mis padres, sólo por ellos.

-Vale, pero que no sea el fin de semana de Halloween.- di la última mordida a mi burrito.

-Bien.- acepto mi padre.

Salí de mi hogar, hacia la parada del bus, la mañana era fría pero no era un frío intenso era un frío agradable, el viento hacia volar mi rubia cabellera, había pocas personas en la parada no nos hablábamos pero nos identificábamos perfectamente éramos extraños pero al mismo tiempo conocidos...

Así me sentía con Harry pasaba bastante tiempo pero sinceramente apenas sabía algo de su vida, y por absurdo que parezca es un poco aterrador, ya que él no es un santo.

Mi día de escuela consistió en sentarme en mi pupitre escuchar a la persona del frente, aparentar que había entendido algo y luego esperar a que pasara el tiempo.

En todo el día no hubo señales de Harry, no llego a matemáticas ni a ninguna materia al parecer. A la hora de salida me dirigí al aparcamiento para encontrarme con April.

Ni yo misma sabía que mierda pasaba con ella, es decir ella me dijo que me alejara y que no me quería cerca y de un día a otro se vuelve como un chicle, como sí yo fuera lo más importante en este momento, como sí su vida dependiera de mí.

-Sam! .-corrió hacía a mí.

-Hola.- respondí con una sonrisa falsa.

-Vale, vayamos al coche.- me indicó su Renault Twingo color rojo.

Nos dirigimos a él y nos subimos, el carro no era la cosa más bella de este mundo, pero estaba bastante bien, y servía para lo principal: no tener que caminar o ir en el Bus.

Amigos SecretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora