POSESIÓN

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El día en que la clase 1A haría su viaje con destino al campamento escolar llegó; todos se encontraban entusiasmados y a la expectativa de nuevas aventuras, la plática en el autobús fluía de manera amena; todos, a excepción de un rubio con los brazos cruzados y el ceño fruncido, quien se había sentado en la ventana, junto con su mejor amigo.

-Bakugo, ¿Qué te ocurre?- preguntó Kirishima mirando fijamente al de ojos carmesí -sé que su carácter no es el mejor de todos, pero pareciera que alguien le hizo hervir la sangre- pensó.

Decidió no molestar a su buen amigo y tomar una siesta, mientras katsuki miraba el paisaje que iban dejando atrás conforme el autobús avanzaba, con la mano en el mentón, suspiraba más que molesto, preocupado, cosa que debido a su explosivo carácter y su casi nula capacidad de demostrar sus sentimientos le aplastaba él corazón, como si la angustia tuviera un puño de hierro donde el órgano vital era exprimido sin ningún tipo de compasión.

Recordó el suceso ocurrido con el bastado mitad mitad, sintiendo rápidamente el sudor acumulándose en sus manos, tenía unas ganas inmensas de explotarle la maldita cara quemada y mandarlo lejos de UA... Mandarle lejos de Deku.

Katsuki sabía mejor que nadie que su relación con Deku se había roto hace tiempo... A decir verdad, no recordaba la última vez que le había tomado de la mejilla, secando sus lágrimas de la manera más amable en la que sus manos se podían expresar.

Aún con ésta dificultad, Bakugo ardía en celos, sin poder dejar de revolverse entre su cama por las noches, no podía dejar de estar molesto con cualquier persona que se le acercase, incluso con Kirishima, quien había notado ése comportamiento aún más huraño de lo usual en su amigo desde hacía ya varios días.

Él no quería admitirlo, no quería ni siquiera volver a pensar en Todoroki como alguien invencible, ya se había probado (en cierta manera) que estaba al nivel del hijo del héroe número dos, y que de así quererlo, incluso podría ganarle. Pero en lo que refería a Izuku, no estaba seguro, y eso le consternaba hasta hacerlo llegar al límite de los malos pensamientos... Visiones pasajeras de Shoto junto a deku atravesaban la cabeza de Katsuki; donde el mitad mitad rodeaba la frágil cintura del peliverde con sus putas manos mientras depositaba un beso en sus labios, haciendo que la respiración de Deku se fuera entrecortado en dulces y casi inaudibles gemidos, al tiempo que el menor iba entrecerrando sus dulces orbes esmeralda.

Abrió los ojos de golpe , sacudiendose aturdido por la imaginación, tomando nerviosamente su pecho con una de sus manos.

-Tengo que hacer algo... ése imbécil no me quitará lo que me pertenece.

Una fuerte sacudida por parte de su mejor amigo lo sacó de sus pensamientos, era hora de bajar del autobús a mirar el lugar donde se encontraban. Para sorpresa de todos, era un lugar con un paisaje boscoso, rodeado por grandes montañas, adornadas por un hermoso y despejado cielo azul.

Izuku había sido acompañado todo el camino por un sonriente y amable Shoto Todoroki, nunca lo había visto sonreír antes, y pensar que él había colaborado aunque fuera sólo un poco a que esa sonrisa se hiciera presente, le hacía sentir una alegría muy peculiar dentro del pecho.

Ambos habían perdido la noción del tiempo transcurrido durante el trayecto, venían conversando de una manera tan casual y a la vez tan profunda... pudieron relajarse y olvidar que estaban acompañados por toda la clase. Todoroki había aventurado su mano derecha para quitar algunas hebras verdes de la cara de su compañero.

-Perdón Midoriya, no puedo mirarte a los ojos, tu cabello...

-Oh, no t-te preocupes Todoroki-kun, después de todo mi cabello siempre me ha traído problemas-

JUGANDO AL AMOR [INATODO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora