TROUBLE

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Al despertar, se dieron cuenta de que no existía nada más, que las personas sobre el mundo eran insignificantes,que sólo existían los dos, flotando sobre la tierra,esperando encontrar a su persona indicada.

Sólo dos almas dispuestas a morir por la otra; la primera noche fue la última buscando amor, buscando sentir y palpitar. Arrumacos y besos deliciosos y dulces. Sólo eso existía... atrás había quedado la historia de shoto con izuku... atrás había quedado también el sentir rencoroso de inasa hacia Endeavor, no existía nada más que dos corazones latiendo al mismo ritmo, con la misma sintonia y el mismo compás.

Estaban acariciando la cima de la felicidad, viviendo en extasis perpetuo.

Ése día, al verlos izuku llegar de la mano, frunció de manera inconsciente el ceño.

¿Qué hacía shoto con aquel chico alto y fornido?. No pensaba dejarles largar tan fácilmente, tenía armas y pensaba utilizarlas nuevamente para seducir,
- No es que bakugo no sea suficiente.- pensó.

Era su maldito alter ego el que no quería ver a shoto feliz con nadie si no era con él.

Los saludó a ambos con un beso en el cuello,cosa que los desconcertó a ambos e inasa procedió a colocarse detrás de todoroki, mientras lo tomaba por la cintura

-¡Qué tal Midoriya!, tiempo sin vernos- dijo Inasa, sonriendo de manera inocente y perspicaz.

-Y cuéntame ¿dónde está bakugo? -

Objetó de manera dominante, dándole a entender a izuku de sobremanera que shoto y él entablaban una relación, y con sólo mirarle expresaba que no le dejaría arrebatarle la felicidad sin antes pelear.

Izuku le devolvió la mirada, desafiante. Pensó en su interior y alter ego que sin problemas podría arrebatar a shoto de los brazos de inasa, con solo un chasquear de dedos.

Se equivocaba rotundamente.

Sus ojos esmeralda miraban sin parpadeo a los heterocromaticos, esperando una señal. Yoarashi tomaba al tiempo el mentón de todoroki de una manera tan suave, como si de dios se tratase, girando su boca hacia la suya, implantando un beso inquebrantable, la señal del inmenso sentir, el inmenso dolor que le causaba tan solo pensar que le dejaría de lado sólo por la mirada del ojiverde.

Shoto le tomó de la nuca, acariciando su cabello y entrelazando su boca a la de inasa como si fuera éste su último beso. No había nada más, giraban uno alrededor del otro, ahogados en un ensimismamiento perpetuo, no existía izuku.

No existían las instituciones, no había límite.

Midoriya dio la vuelta, sabiendo que el amor es una roulette.

Amor, deseo, seducción. ¿Qué hay de diferencia en ello?.

Murmuraba sin percatarse de que bakugo observaba su conducta desde el otro lado del corredor, sintiéndose un completo imbécil.

Había comprado rosas amarillas para izuku mientras recordaba las noches intranquilas a su lado, y el cómo inko lo había corrido de su casa debido a los ruidos extraños en la habitación de su adorado hijo.

Katsuki pensó que el era el único destinado para deku, y al verle pelear contra inasa por el estúpido mitad mitad, no pudo hacer más que largarse a gritar lejos de ahí, ahogándose en su propio llanto.

JUGANDO AL AMOR [INATODO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora