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•{Podrías romperme el corazón en dos, pero cuando sane... latirá por ti.}•
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-¿Te gustó?- Me preguntó el muchacho que se había sentado junto a mi en cuanto nos acercamos a la mesa.
-Si... Muchas gracias.- Definitivamente no estaba acostumbrada a la atención de los chicos, a menos que fueran Nash y Hayes, y mucho menos un chico con la apariencia de Harry. Parecía mayor. ¿Cuántos años tendría?. Mamá había intentado dejar de mirarme de mala manera en cuanto me senté. No lo hacía muy bien, pero al menos el hijo del jefe de mi padre no se había dado cuenta.- ¿Cuántos años tienes?- Decidí preguntarle.
Él sonrió y se inclinó un poco hacia mi.- Más que tu, seguramente.- Lo miré mal y el rió bajo.- Tengo veinte.- Ok, no era tan mayor tampoco. Era normal, aceptable. La verdad era muy guapo. Pero en comparación de Shawn... No creo que diría lo mismo. El chico tenía lo suyo, claro, con esos rulos y sus ojos increíblemente verdes... Sin olvidar mencionar sus tatuajes.- Y, ¿estás en la secundaria todavía?- Me preguntó apoyando sus brazos en la mesa.
-Si, salgo este año, por fin.
-Que bien.- Agarró el vaso de agua que estaba a su izquierda y sorbió del pitillo.- ¿Qué planeas estudiar?
-Pues... Eh. Tenía pensado irme-
-¿Irte? ¿Del país?
-No. Del pueblo. He estado investigando acerca de una carrera en específico, me gustaría estudiar psicología.- Él había sonreído luego de escuchar aquello.- Y, te agradecería que no hicieras comentarios despectivos y equivocados acerca de la carrera...
-No iba a decir nada...- Alzó las manos en seña de rendición y me dio otra sonrisa.-Pues, me parece una buena carrera, de hecho, ni siquiera tienes que irte, aquí la dan.- Dijo jugando con el pitillo de su vaso.
-Oh, yo sé. Solo que la universidad es, ya sabes, algo cara.- Giré mi cara hacia otro lado. Seguramente él no debía preocuparse por esas cosas, por Dios, solo había que ver el restaurante al que su padre nos había invitado. Chicos como él, solo se preocupaban por conseguir un boleto de avión para salir de vacaciones. Y yo no tenía nada en contra de eso, claro, es su vida.
-Ah.- Fue lo único que dijo y frunció los labios, volvió a sorber del pitillo y apartó el vaso. Volvió a mirarme.- Ahí dan becas a veces... Puedes ir a preguntar.
-No te preocupes, Harry, ya estoy resolviendo ese asunto en la otra universidad.- Le sonreí y luego pude sentir mi teléfono vibrar. Miré hacia atrás, mi madre estaba hablando animadamente con unos compañeros de mi padre, así que saqué el teléfono. Era un mensaje de Nash.
Nashito: ¿te moriste?
Lilian: mamá no me dejaba sacar el teléfono. De hecho, ni siquiera debería estarte respondiendo.
