Eleven.

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No está en las palabras que me dijiste. No está en la forma en que dices ser mía. No está en la forma en que volviste a mí. No está en la forma en que tu amor me libera. No está en tu aspecto o en las cosas que dices que haces.

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-Así que...- Estábamos sentados todavía en aquella mesa, Harry había pedido unos batidos de fresa hace unos minutos, y yo estaba viendo la manera en la que sus lindos hoyuelos no desaparecían.- ¿Crees que las películas de terror son mejores que las de acción?- Me preguntó.

-Definitivamente.

-Prefiero más las de acción... No me gusta ese tipo de películas que lo único que hacen es asustarte.- Dijo y luego posó sus labios en el pitillo.

-Eso es lo divertido... Imagínate con tus amigos y en la parte de la escena, asustas a alguien, es lo mejor.- Soltó una pequeña risa y luego sonrió.

-Eres mala.- Me encogí de hombros con una pequeña sonrisa y luego tomé un sorbo del batido, está muy rico... Tendría que venir aquí con Nash algún día.- Yo soy más bien al que asustan...- Dios, sentí como si el líquido hubiera subido a mi nariz, me tapé la cara con un mano mientras me reía, y con la otra agarré una servilleta.- No te ahogues, por favor.- Dijo mientras se reía y se estiraba para darme palmadas en la espalda. Rayos, sus manos son muy grandes... Por Dios.

Cuando dejé de convulsionar frente a Harry, me volteé para botar la servilleta llena de batido... Que asco. ¿Cómo eso salió de mi nariz?

-Eh, yo voy un momento al baño.- Le dije y me levanté. Cuando llegué al baño me dispuse a buscar el teléfono para enviarle un mensaje a Nash diciéndole que no he sido secuestrada, pero cuando no lo encontré recordé que lo había dejado en la mesa. Ojalá a Shawn no se le ocurra llamarme para recordar lo de la clase. Me lavé la cara y la sequé con la parte interna de mi camisa, me acomodé el pelo y luego salí. Miré hacia el frente y vi que Harry estaba mirando su teléfono mientras se terminaba de beber su batido.

-Volví.- Dije sentándome, Harry posó sus ojos en mi y luego habló.

-Te estaban llamando. Tu amigo, Nash.

-¿Contestaste?

-No.- Que bien... Nash acostumbraba ser muy directo. Agarré mi teléfono y lo desbloqueé. Había un mensaje.

Nash: ¿te secuestraron?

Escribí rápidamente un: no, ahora chao. Y volví a mirar a Harry.

-¿Ese amigo y tu...?- Comenzó a preguntar.- ¿Son algo?- Casi me río de su pregunta, pero me contuve.

-Por Dios, ¿Nash? Es como mi hermano.

-Como tu hermano...

-Sí, eso es lo que dije.- Espeté.- Algo entre él y yo nunca pasaría.- Le dije. ¿Nash y yo? Nunca, por obvias razones...

Heaven Sent •S.M•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora