Luke
Era un día cualquiera en la vida Luke Hemmings, despertar en una cama que no me pertenecía, despertar alado de una persona que no conocía y despertar con una resaca en un cuarto que ni en mis sueños conocía. Me senté en el maullido colchón que rechinaba ante mis movimientos, solté un cansado suspiro y me levante a tomar mis ropas y los botines que se encontraban regados en toda la recámara. Me vestí con torpeza ante los mareos que sentía,mi vista estaba nublada y la luz me molestaba. De todo lo que más odiaba era sentirme de esta manera luego de sentirme mejor con algo de alcohol y cocaina en mi cuerpo las noches pasadas.
Al estar completamente vestido saque de mi bolsillo trasero un par de billetes verdes y lo deje en la mesa de noche alado de la chica pelirroja que no me apetecía mirar. Sea quien sea la chica igual es una puta.
Tome mis armas que descansaban en una mesa frente a la recámara y las guarde mientras me acercaba a la salida y abría sin remordimiento de despertar a la chica y al salir soltar un portazo intencional.
Camine por los pasillos de lo que parecía un edificio departamental y baje las escaleras tomándome por la pared ante los leves mareos que sentía a consecuencia de la resaca.
Tome mis lentes oscuros que colgaba de mi chaqueta y me los puse al visualizar la luz extensa que iluminaba los pasillos de la salida y con una mueca en mis labios termine de bajar las escaleras visualizando de último momento al portero que traía entres sus manos una revista de conejas Playboy hojeando de manera vulgar y poco agradable.
Sus ojos se conectaron a los míos y dejó la revista en su escritorio levantándose de golpe; me apunto con su dedo.
-¡hey!, oiga joven, no se permite llevar lentes dentro del edificio- me detuve en seco y subí los lentes hasta mi cabeza mirándolo con completa seriedad, solté una falsa sonrisa empezando a fastidiarme el tipo, su voz era tan irritante y encima viene diciéndome eso después de haberlo cachado con una revista porno en sus manos. Qué patético.
-y me dice eso usted, quien tenía una revista pornografica a la vista de todo, yo que sepa eso es una infracción ante lo moral.-me acerque con cautela al hombre señalando la revista en el escritorio, este trago saliva y con el rostro pálido como una hoja me susurró con la voz temblorosa.
-¿t-tu quién eres?,me pareces conocido-chasquee la lengua y mire hacia salida y luego al hombre frente a mí.
-¿yo?,tú peor pesadilla- entonces me reconoció, su rostro estaba casi hasta la asfixia de quedarse sin aire ante lo espantado que estaba y yo me sentía un poco orgulloso de hacerles sentir esa sensación a la gente. Era como si yo fuese una persona intocable y respetada.
Me di la vuelta siguiendo mi camino hasta la salida, hasta que por fin sentí el calor del día golpear mi piel, el dolor de cabeza se estaba convirtiendo infernal y no esperaba a llegar a mi destino y tomarme unas malditas aspirinas para aquel dolor quisquilloso que taladraba mi cabeza.
La ciudad frente a mis ojos parecía un caos, lejos de todo lo que podíamos haber sido en tiempos lejanos, antes unos creyentes de un dios supremo y ahora, creyentes pero hipócritas. Nosotros adorábamos desde un celular hasta el dinero, la ciudad era una masacre si no te cuidabas y el veinte por ciento vivía en las ruinas. No era nada mejor que ver a Sídney pudrirse en el calor del día y en la maldad de las personas. Y no sólo aquí, si no igual en otros países, en todo el mundo la gente se podría y era igual que sanguijuelas esperando la muerte.
Visualice el viejo fiesta azul que me había prestado calum para mis movidas y camine hacia el con pasos lentos y torpes. Gruñí y abrí el auto para entrar en el asiento del conductor y así poder conducir directo a mi destino.
En el camino mi celular sonó con la tonada de "alone" de slipping Whit sirens a lo que con rapidez y sin dejar mi vista por completo de la calle tome mi celular y respondí enganchando mi celular en mi hombro y oreja apoyando nuevamente mis manos en el volante.
-diga-respondí a lo que con rapidez me respondió una voz gruesa pero chillona que me quisquilla a hasta las pelotas pero tenía que dejarla pasar ya que era de Calum. Eran tan reconocible como taparte los ojos con una venda y hacerte probar manzana y decir que es vino. El era igual a un fuerte alcohol ya que te dejaba ido ante sus estupidos gritos improvisados y ruidosos.
>¡hemmings!, ¿dónde mierda te has metido?, te he llamado varias veces y no contestabas. Te creía muerdo, ¡espero y mi auto este bien!<
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ASESINO. Luke Hemmings //EN EDICIÓN//
ФанфикMiranda irwin es una chica normal en una ciudad normal, pero eso se acaba cuando conoce a luke hemmings, llevándola a cosas que ella no pudo imaginarse. y a que luke la quiera tener solo para el. ¿quien va a querer lidiar con un asesino?