2. DESCONFIAR.

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Luke

Calum apareció frente a nosotros, un chico moreno de cabellos castaño oscuro y rasgos asiáticos, tenía unos fríos ojos negros que brillaban de la furia y el mentón fuertemente apretado.
Solté lentamente a Harry quien se percató de Calum y sin una expresión en su rostro más que seriedad limpio sus lágrimas derramadas sin decir ni una sola palabra. Calum se cruzó de brazos alzando una ceja de incredulidad y me voltio a ver esperando que diga algo. Era uno de esos momentos en donde no sabías si estabas perdiéndote de algo o solo era imaginaciones.
Pase desapercibido de la actitud que ambos chicos tomaron y me dediqué a preguntar por Louis que era el más lesionado fisicamente.
-¿cómo está Louis?-Calum rasco su barbilla de semanas y con una pequeña sonrisa respondió. Calum era una persona importante con respecto a mi grupo. Era por así decirlo mi mejor amigo y el segundo al mando cuando yo no estaba. Claro, como en esta ocasión.
-está mucho mejor, después de devolverle el hueso a su lugar y hacerle algún tipo de masaje para que no se saliera de su lugar de nuevo se durmió con algunas pastillas que le dio Zayn. Parece igual que le rompieron una arteria, pero no llegó a más.-respondió Calum soltando una leve risilla, Calum parecía estar más calmado,para el todo el grupo era muy importante. No solo por la ayuda que nos proporcionaba tenerlos, si no de igual manera llevaban una amistad. Lo que yo no lograba hacer porque no me interesaba. Calum podría llamarse uno de los únicos que les tenía confianza. Además de otra persona que se había vuelto una gran confianza para mí.
-Harry-escuchar la voz de Calum llamando al ruloso me saco de mis pensamientos, Harry lo miró expectante, esperando algo que quiera decir Calum. Este relamió sus labios y con el ceño fruncido siguió hablando.-perdón, ya sabes por lo de tu hermana.-Harry acomodo un mechón detrás de su cabello y con una sonrisa sincera y pacífica miro al asiático frente a él.
-gracias- y sin decir más Harry se marchó dejándonos un poco confundidos, ambos nos encogimos de hombros.
Estaba hecho un lío en mi mente, tenía mucha furia en mi sistema y tenía ganas de matar a golpes a los hermanos Horan hasta que dejaran de respirar. Apreté el mentón de enojo, mi lengua estaba machacada entre mis dientes soltando algunas maldiciones en silencio a lo quien Calum no pasó desapercibido.
-¿estás cabreado no es así?- gruñí a su pregunta, el lo tomo como un sí y con una sonrisa ladina y los brazos cruzados con suficiencia supo que era lo que diría en ese momento.
-Calum, prepara a los muchachos, esos idiotas no saben lo que les espera.- Calum asintió con una sonrisa muy grande que se le podía decir que era igual al del gato de Alicia, estaba incluso más emocionado de que esto se volviera una fiesta sangrienta que yo.-hoy visitaremos a unos viejos amigos-murmuré con odio en mi voz.

Miranda.

Los días habían pasado, no dejaba de pensar en aquellas orbes azules cristalinos que me topé aquella noche fría y quejumbrosa. El cansancio adueñaba mi ser, recuerdo haber visto esta mañana unas grandes ojeras oscuras sobre mis pómulos y eso en verdad me estaba preocupando.
Pero era inevitable pensar en el, incluso por muy estupido y cliché que parezca lo hacía. Me estaba golpeado mentalmente por ser una persona tan débil de sentimientos.
Solté una pequeña maldicion revolviendo mi comida con el trinche sin ánimos de comer. Aunque sentía vacío el estómago no tenía ganas y eso era preocupante; no sólo para mí.
-Miranda, ¿estás bien?-de pronto salí de mis pensamientos, había incluso olvidado que Danelia estaba acompañándome. Su mirada estaba llena de preocupación y una mueca pequeña adornaba sus labios delineados con gloss.
Asentí suavemente sonriendo con una falsa sonrisa a la cual sabía perfectamente que Danelia no se tragaría. Pero intento era intento. Su mano se posó sobre la mía y la apretó con suavidad mostrándome una pequeña sonrisa que me levanto un poco el animo.-sabes que pase lo que pase yo estaré allí para escucharte hermana-reconfortó gentil, removí mi mano y junte nuestros dedos acariciando sus nudillos con suavidad.
-eso lo sé, y te lo agradezco mucho.- la campana del instituto se hizo presente, me levante tomando mi mochila y acercándome a besarle la mejilla a mi amiga con gentileza.
-hablamos en mi casa, estoy libre, ¡te veo haya!- ella asintió con una pequeña mueca de lo que deduje que estaba muy preocupada. Suspiré y cerré los ojos sin dejar de caminar hasta mi siguiente clase; teoría inglesa.
Me encontraba en el 6 semestre de preparatoria, me faltaba un año más para entrar a la universidad y podía decirse que no tenía dificultades en mi preparación. Era una chica que vivía huérfana junto a su hermano mayor, antes estaba a la tutela de mis tíos pero nos dejaron hacernos cargos tan pronto Ashton terminó la universidad en línea. No me podía quejar, tenía el amor de mi hermano mayor y el amor de mis tíos que casi podía tomarse como el de mis padres. Al fin y acabo ellos nos criaron.
Entre al salón de clase visualizando de inmediato a unos alumnos sentados en sus pupitres conversando entre ellos sin percatarse de mi existencia. De igual manera reconocí a mi compañero de pupitre y amigo, Liam. El era un buen chico,un muchacho de cabello castaño y ojos cafés pardos que conminaban con aquel lunar peculiar que tenía en su cuello que lo hacía ver más atractivo. Una sonrisa deslumbrante adorno sus rosados labios junto a la barbilla de días que brillaban contra la luz del sol, las chicas soltaron algunos suspiros y yo igual. Liam sí que era un muchacho muy atractivo; pero digamos que no es de mi tipo.
-hola Miranda, tiempo que no te veía- apoyo su brazo sobre el pupitre y descanso su cabeza sin dejar aquella sonrisa coqueta que caracterizaba de el.
-no seas tonto Liam, te vi ayer- me senté junto a él y deje caer mi mochila en el piso soltando un suspiro cansado. Este entorno una ceja esperando respuesta de mi cansada mirada.
-oh, ¿día difícil?.-asentí recargándome en la silla mientras tallaba mis ojos para luego golpear con suavidad mis brazos contra el pupitre y empezar a jugar con el brazalete color violeta que me había regalado mi tía de cumpleaños número quince.
-no sabes cómo, no e podido dormir por culpa de aquel tipo que te conté. Es tan molesto no olvidarlo, estoy segura que no lo volveré a ver; ¿qué es lo que busca mi consciencia de mi?- revolví mi cabello con frustración, escuche la pequeña risilla que había soltado Liam mientras se sentaba recto y cruzaba las piernas.
-¿eso era?, y...¿hiciste la tarea acaso?-deje de rascarme la cabeza y mire hacia el chico que sin dejar de sonreír alzaba su ceja izquierda esperando mi respuesta. Maldije en un susurro y golpee mi frente contra la mesa.-diablos.-

ASESINO. Luke Hemmings  //EN EDICIÓN//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora