Los padres de JiMin habían llegado, estaban acompañando a YoonGi, no habían tenido noticias del menor en las casi tres horas que han estado esperando. Su doctor, Choi, había llegado hace un rato, con una gran prisa entrando en la habitación de JiMin, intentando hacer algo para salvarlo; él corría mucho peligro.
— Él estará bien, —le susurraba su madre a YoonGi. — Mi hijo es fuerte y con tu apoyo, lo será.
— No si es mi culpa. —declaró.
La mujer, quien tenía los ojos hinchados por llorar anteriormente, le miraba confundida, sin entender lo que aquellas palabras querían transmitir. Ella estaba segura de que YoonGi jamás le haría daño a su hijo, ¿por qué sería su culpa?
— ¿Tu culpa? —cuestionó la mujer, a lo que el peligris asintió.
—Discutimos y acabamos aquí, —dijo decaído. — Es mi culpa.
La mujer de cabellos oscuros simplemente calló, no quiso tocar más aquel tema; YoonGi no planeaba que eso sucediera y la madre comprendía por completo que no es culpa de él, ni de nadie. Si las cosas suceden, por algo es; esa era su frase.
Tras un rato más, la señora envió a YoonGi a su casa, para que tome un baño y se relaje un poco; ellos le avisarían sobre cualquier avance en el menor, entonces –luego de rogarle– el joven volvió a su casa, para lo anteriormente dicho. El doctor Choi salió unos minutos después de que el chico se haya ido, estaba serio y no mostraba ningún tipo de preocupación o expresión de pena.
— ¿Cómo está mi hijo? —preguntaba Park acercándose al doctor.
— Debemos transferirlo a Estados Unidos, donde pasamos los pagos que ha hecho para sus tratamientos, no tenemos mucho a nuestro alcance para que mejoré aquí y por lo tanto, será mejor que lo lleven allá. —comentaba el doctor, dando esperanzas de que el pelinegro mejore. — Por lo pronto, está en un coma, debido a su enfermedad y algo que le haya angustiado ¿no sabe si sucedió algo, además de la noticia que le había comunicado? —cuestionó.
— Sólo sabemos que discutió con su pareja, YoonGi, pero no sabemos exactamente porqué o qué sucedió. —contestó la madre.
— Bien, no se preocupen; solo, mientras más rápido traslademos a JiMin, mejores serán los resultados, —dijo Choi, con esperanza en su voz; estaba seguro que el pequeño podría mejorar. — Lo único malo de que mejore, serán las secuelas de su enfermedad, que la más grave sería perdida de memoria, las otras serán como bajo en ánimos o rebelde, en cortas palabras. —agregó.
Choi continuó hablando con los padres del paciente, lo trasladarían en la madrugada para que cuando estén en Estados Unidos comiencen lo antes posible con los estudios y demás, serán unos días demasiado agotados. El doctor continuó viendo los resultados de JiMin, mientras la mujer iba a casa a empacar todo lo necesario; ella junto a su esposo decidieron mudarse allá desde hace tiempo, hasta tienen un hogar en aquel país y esta sería una especie de excusa para mudarse antes de lo acordado. Tenían cosas empacadas y el camión llevaría todo en unos días, por ello mismo, ahora irán madre e hijo para que su padre se encargue de la mudanza.
Ya tenía todo listo, pronto tomaría un avión hasta allá, mientras que JiMin iría con su doctor y enfermeras para la trasladación. De tantas cosas recientes, se olvidaron de marcarle a YoonGi, quien seguramente estaría preocupado; habían pasado casi cinco horas y no daban noticias ¿era eso, posible? Sería un hospital con un, verdadero, mal servicio. Young –la madre de JiMin– se encontraba en el aeropuerto, comprando su pasaje, mientras que con su hijo, preparaban todo para el viaje, estaba nerviosa y preocupada; pero no perdía la esperanza de que su pequeño hijo se recupere y vuelva a ser aquella ternurita de siempre. Alegre y adorable.
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거잣밀 ; Lie. ↬YᴏᴏɴMɪɴ.↫
Fanfic. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . │ │ │ │ . │ │ │ ;✿ │ │ ;✿ ╰──➢ ℓαѕ мєитιяαѕ α¢αвαи │ ;✿ тσ∂σ, иσ ℓαѕ ¢σиѕтяυуαѕ. ;✿...