Desperté con una gran resaca, no sé como había regresado a casa luego que ir a aquel bar. No saber nada de JiMin me tiene mal. Mi cabeza dolía más que el mismo demonio, no podía pararme –ya lo había intentado– tomé mi teléfono y vi la hora.
17:35pm
Había dormido demasiado, bueno no estaba para quedarme bebiendo más de lo que ya tomé. Quisiera ir al hospital, en busca de noticias, pero no estoy seguro... ¿Estará bien que lo visite, aún siendo el culpable? ¿sufrir cuando todo fue mi culpa? Pude evitarlo, pero fui un idiota y provoqué todo esto. Un grandísimo idiota.
Por fin me levanté de la cama, mi cuerpo emanaba un terrible y asqueroso olor a alcohol así que como pude, me levanté y fui hasta el baño. Giré el grifo de agua fría, y un poco del agua caliente, para conseguir el punto perfecto de agua tibia; la misma caía en una melodía suave, me desvestí con cuidado para pararme por fin bajo la tibia lluvia.
☁️
Terminé de ducharme, como media hora después, quería sacarme por completo aquel apestoso olor. Bajé a la cocina –ya vestido– y fui por un par de pastillas para el dolor de cabeza, tomé ambas y me preparé un café, bastante cargado, caminé hasta el sofá color gris que habíamos comprado con JiMin para cuando se mude a casa... Estábamos a unos pocos meses de aquello, vivir juntos por fin y ya no tener que separarme de su lado, eso quería y no pasará. Suspiré y me senté en él, cogí mi teléfono marcando a la señora Park. Tres pitidos y contestó.
《Llamada Señora Park.》
—¿YoonGi? ¿sucedió algo?
—No algo en especial, solo ¿sabe algo de JiMin?
—Oh cariño, no me han dicho nada aún, en cuanto tenga no- ticias te llamó ¿sí?
—Por supuesto, gracias.
—No es nada, cuídate.
《Llamada finalizada.》
— ¿Cómo demonios es que aún no saben nada?
Terminé mi café en lo que veía algunas publicaciones de Instagram, me dirigí a mi perfil topándome con todas las fotos que alguna vez JiMin me había obligado a publicar, era alguien a quién no le podía negar nada. Si quería salir; lo hacíamos, si quería comer algo; eso comíamos, absolutamente todo lo que quería, se lo daba.
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Esa foto.
Habíamos ido al gimnasio, JiMin quería ir conmigo y terminó convenciédome –como era siempre– recuerdo aquel día como si fuera hoy, porque días antes de ir habíamos discutido feo. Solo que esa vez, lo solucionamos rápido y no había acabado de esta forma, eramos felices y ni lo sabíamos.
¿Habrá estado enfermo allí, también?
JiMin supo esconder su enfermedad, no sospeché ni un poco, y me siento culpable por ello. Si tan solo lo hubiera notado antes.
☠️
Me cansé de esperar y no den una maldita noticia. Busqué las llaves del carro y mi teléfono, con molestia salí de casa azotando la puerta con fuerza, iba a salir de ese hospital con noticias de JiMin cueste lo que cueste. Llegué al edificio, y entré en él como alma que lleva el diablo, era mi momento.
Omnisciente.
El peligris llegó a la habitación de JiMin, nervioso y molesto, se introdujo en ella notando como su novio ya no estaba. ¿Habrá mejorado? Se emocionó por aquel pensamiento, cargaba esperanzas de que sea cierto, salió de la habitación para buscar al Doctor o alguna enfermera, provocando chocarse con el personal que atendía a JiMin. El famoso Choi.
— ¿Dónde está JiMin? —preguntó observándolo esperanzado.
El doctor dudó en contestar, debía estar del lado del señor Park pero también de JiMin y su relación, no sabía que hacer, no quería provocar un daño en JiMin pero tampoco quería perjudicar las cosas al decir la verdad. Suspiró nervioso dispuesto a seguir el maldito plan del señor.
— El joven JiMin ha... Él ha partido a, un lugar mejor. —musitó suave, mirando los ojos frente a él ponerse de un tono rojo, YoonGi sollozó y una lágrima se paseó por su mejilla. — Intentamos todo lo que pudimos.
— Está... Bien. —susurró con la voz rota.
YoonGi se retiró del lugar sin emitir sonido alguno, sollozaba aguantando las lágrimas hasta llegar a casa, subió a su auto comenzando a conducir hasta su hogar. Estaba destrozado. Llegó unos cuantos minutos después, parecía como si hubiera muerto; su mirada estaba perdida, ojos hinchados. Todo un desastre, él había matado a JiMin, YoonGi lo veía así.
Lastimó a la única persona que lo amó de verdad, que le dio ese cariño que necesitaba ¿cómo podía sentirse? O peor ¿cómo sobreviviría sin su amor? JiMin era su todo. Y su todo, se fue.
Semana más tarde.
Días pasaron, y YoonGi no se ha levantado de la cama, no se ha alimentado y mucho menos duchado, no tenía ánimos para nada. Faltó al trabajo durante este periodo, aún sabiendo que al estar a fin de mes, había más trabajo. Su jefe le llamaba siempre, eran como amigos más allá del trabajo, intentó animarlo pero fue en vano; no había forma... O si lo había, tener a JiMin de vuelta.
El peligris aún no creía por completo el fallecimiento de JiMin, ni funeral se había realizado; tal vez sospechaba, o no quería aceptarlo. ¿No es raro que el mejor amigo de su novio, no le haya marcado? JongIn no hablaba con los padres de JiMin, ellos creen que no es un buen amigo para su hijo; pero no tenían razón, siempre que tenía alguna duda de JiMin le marcaba a su pareja. Por ende sonaba extraño.
— ¿Por qué no ha marcado?
Cuestionó, viendo la pantalla de su móvil, para intentar conciliar el sueño. Extrañaba tanto a JiMin, que su nuevo trabajo era dormir. Dormir tanto para sentir lo que, cree que siente su noviecito, le gustaría que las cosas no hayan acabado así.
— Soy una completa basura.
Tomó un bote de pastillas para dormir, paso cinco de ellas ya que a la sexta se cayó el tarrito, al comenzar a llorar nuevamente. Se acostó en su cama otra vez, cerrando los ojos y presionando su estómago, iba a dormir otra vez ahora intentando un sueño eterno.
Tal vez, sólo tal vez... Te vuelva a encontrar en otra vida, seremos felices y prometo no causarte daño. Hagas lo que hagas, regresa a mis brazos, ya no soporto esta vida sin ti.
