21 de Marzo del 2012
El día transcurrió bien, o eso era lo qué decían todos.
Por qué para tí no era igual. Y yo lo sabía, pero fingía que no, tal cómo tú lo hacías.
Fingías que no sentías dolor, qué estabas bien, qué no necesitabas nada. Pero sufrías y yo podía notarlo, era más que claro para mí, puesto que tu semblante revelaba angustía, miedo, inseguridad, y mucho pero mucho dolor. Sufrías y yo podía notarlo, más no podía hacer nada para evitarlo. Y me dolía mucho tambien.
Tus quejidos al dormír, tus lagrimas al no poder hacer las cosas por tí sólo. Yo sólo podía mimarte, cuidarte, besarte y abrazarte, inclusive a veces observaba atentamente tus acciones para adivinar lo que querías sin siquiera pedirlo... sé que odías sentirte así.
Al igual que odias estar en esa camilla, conectado a esa maquina para poder vivir, para poder respirar...
Creéme que si pudiera, te daría mi vida, mi alma y mi cuerpo. Con tal de qué estuvieras bien...
Pero cómo tantas cosas que no he podido hacer, esta se agrega a la lista.
Pero la diferencia de todas las demás, esta en verdad me duele.
Así cómo te duele a tí.
Matt hargreaves.
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15 días. MattEdd.
Short StoryPor que los finales felices NO existen (La otra mierda se borró)