Me sacaste de mi oscuridad... [Freddoy]

·Gracias...·

Narra Joy:

Jueves. Hoy es jueves.

Aunque no lo crean estoy feliz, ya que pronto será el fin de semana. Y también porque dejaré de ver a estas personas, que desgraciadamente son mis compañeros de clases.

- Hey tu! Mimada! - hay va otra vez...

- Q-que quie-eres ahora? - fue lo único que podría decirle entrecortadamente a alguien como ella. Y mi angustia creció más cuando vi a su séquito de malditas.

- Qué? Qué quiero ahora? - volvió a decir burlona - Tu eres lo que hace que no tenga lo que quiero!

- S-sea lo q-que sea... P-por-Porfavor... No me las-lastimes... - le suplique, pero sabemos que nunca accederá a mis suplicas ni las de nadie.

- Cómo no lastimar a la basura que me está alejando de mi novio!? - escupio enojada.

- P-Porfavor... - no alcance ni a completar mis palabras cuando ya una de su séquito me tomo de ambos brazos desdé detrás mío.

- Eh oído que tú le coqueteas a él! - dijo para luego darme el primer golpe del día.

- Y-yo no le c-coqueteo - logré decir tosiendo ya que su golpe dio en mi estomago.

- Mentirosa... - dijo otra chica que estaba a su lado y otro golpe llegó a mi mejilla derecha.

- Hay que darle la lección del día, no chicas? - preguntó la líder y después llegaron mas golpes.

Uno en mi costilla, patadas en mis piernas, tirón de cabello por parte de todas. Esto se convertía en una rutina día a día.

Llevo bastante aguantando esto, y no recuerdo cuando fue la única vez en la que intervinieron en la pelea. Ni siquiera es una pelea, ya que esta ni las demás fueron justas.

Después de todo... Nunca me defendi a mi misma.

- Hey! Ya basta! Déjenla! - exigió un castaño.

- No te metas lindo~ - y luego me dicen perra a mi - Esto es algo que necesita, luego hablamos.

- Eh dicho que la dejen! - dijo metiéndose entre ellas y yo.

¿Acaso el me está defendiendo?

No. Solo lo hace por lastima.

- Eh?! - se sorprendió la chica. - Luego veras maldita...

Me advirtió antes de irse y dejarme junto al chico que me defendió hace unos segundos atrás.
Sólo había silencio, algo común para mi.

- Estas lastimada? - dijo para luego acercarse y mirar si estaba lastimada.
Al menos esta vez, los golpes no duraron mucho. Aunque si, si estoy lastimada. Por dentro y por fuera.

- Nada grabe, que bueno... - dijo y volvió el silencio, al parecer le incomodaba, ¿A quién no le incomoda salvar a una desconocida de una pelea? A todos. - Este... Ya debo irme a clases, adiós.

- Gracias... - dije en un susurro inaudible, pero al parecer lo escuchó y asintió en un "de nada".

Ojalá me salvarán así en todas la ocasiones en las que salí lastimada...