•CANCER•... [Marichat] MLB

Tiempo sin ti.

Ya an pasado cuatro días desde que Chatnoir no aparecía en la casa de Marinette...

Su cuarto estaba hecho un desastre, ante su ira y alucinaciones que tenía, la llenaban de rabia

La oscuridad se apoderó de la habitación y el corazón de la azabache que no dejaba de llorar en silencio.

No quería comer, no quería salir... No quería vivir.

Aunque sus padres intentaban hablar con ella e intentaban darle de comer, no se dejaba. Se quedaba mirando a la nada, contemplaba su cuerpo viéndolo cambiar cada segundo.

Su piel blanca y cremosa cada vez estaba más seca y pálida.

Su Cabello sedoso y puro... Más de la mitad de él estaba en la basura o se había ido por el retrete. Ahora su cabeza estaba tapada por una tela fina que cubría los escasos mechones que quedaban en su cabeza.

Y sobre todo su alma, limpia y pura... Ahora era manchada ante el miedo y la desesperación.

Y ahí estaba, encerrada como siempre, leyendo algunos mensajes por parte de sus amigos...

- espero te mejores Marinette! Sabes que puedes llamar cuando quieras... Te necesitamos en el salón... Ya no es lo mismo. - un mensaje de Nino que casi siempre le escribía y le llamaba a diario... Pero no quería responder a nadie.

- Prometo que cuando mejores nos iremos a Milán todas y nos vamos a divertir!... - escribía la linda Rose. - se que estarás bien... Espero te mejores. Besitosss! -

- Mejórate amiga... Te extrañamos - unas breves palabras de Juleka.

Decidió no seguir leyendo, luego venían los mensajes de Alya que eran demasiados, y si sabía que los había leído... Tal vez hasta le envié el doble de los mensajes y llamara a cada rato al saber que sigue viva. Era como una puntada en el corazón. Sabía que no estaba bien dejar a sus amigos de lado, pero no quería que todos vieran la loca y fea chica en la que a convertido, no quería diseñar, no quería salir de su cama y mirarse al espejo... Tenía miedo de solo imaginarse lo.

Ella lo único que quería... Era a él.

Lo necesitaba, necesitaba saber que no estaba sola en todo esto que estaba pasándole. Quería sentirse comprendida, y él era el único que sabía lo que verdaderamente le estaba pasando.

Pero parecía que se allá esfumado en el aire.

No estaba...

Y él se lo había prometido.

- Hija? - llamo Sabine abriendo la puerta del suelo en la habitación.

Marinette al ver que la luz entraba en su cuarto se tapó la cara con desesperación y se arrodilló en una esquina de su cuarto asustada de ser vista.

- Vete!... Quiero estar sola... - su madre se quedó callada unos segundos y entró totalmente a la habitación y empezó a subir las escaleras que daban hacia la cama - No!... Qué te vallas - intento con desesperación taparse toda la cabeza con el suéter que cargaba.

Después de unos momentos, pudo sentir un cálido abrazo por parte de su madre.

No quería caer en la tentación.

Sabía que si la abrazaba, iba a llorar y soltarse como desde hace días a querido. Pero no quería causar pena y lástima. Y eso era lo que más temía que la gente sintiera hacia ella.

Su cuerpo temblaba y el corazón encojido contra su pecho no la dejaban pensar bien. Pero lo único que había en su mente era su madre... La única que siempre estuvo ahí.