•CANCER•... [Marichat] MLB

El Momento

ADVERTENCIA: Para aquellas personas que no soportan escenas eróticas o el sexo, pueden avanzar al siguiente capítulo.

Las caricias y los besos parecían no acabar nunca. Sus manos se buscaban, sus labios se llamaban, y por más que pareciera imposible, el corazón de la azabache latía con la misma intensidad y pasión que la del mínimo.

- Chat... Te amo... Te amo con todo lo que tengo.

Suspiró entre besos. El corazón del gato se llenaba de felicidad y el calor que ambos cuerpos emanaban, lo habían sentir en el cielo. Jamás pensó llegar a estar así con su Lady, tenerla entre sus brazos protegiendola de todo lo que le pase.

La joven como había hecho hace un rato, bajo a cascabel de aquel hombre enmascado y toco directamente su piel sintiendo como nuevamente su corazón latía desesperado. Deslizó sus manos hacia arriba quitar la parte de arriba mientras no se soltaban sus labios.

- Princesa...

Un escalofrío la recorrió hasta lo más fondo de su ser, había anhelado tanto tenerlo así. Sus labios acariciando los suyos, sus manos apretanto sus caderas y la acelerada respiración chocando contra su rostro para buscar más aire y volver a besarla.

Por más que el gatito no confesara, el estaba caliente, estaba duro. Lo podía sentir contra su vientre. Y siendo sincera, no le incomodaba. Ella quería más...

Como hace unos pocos minutos, le quito completamente la parte de arriba, y él, se dejó hacer mientras acariciaba su cintura y su cadera por debajo de la ropa, haciéndole saltar su corazón cada que sentía sus manos más cerca de sus pechos.

Una vez le quito la parte de arriba del traje, rasguño la espalda a Chatnoir que lejos de incomodarle, le encantaba. Las manos del mismo fueron a la sudadera de la fémina que levantó los brazos para hacerle más fácil la tarea.

Sin esperarse, se encontró de que marinette estaba completamente desnuda en la parte de arriba. Unos pechos perfectamente redondos, no muy grandes pero perfectos para su figura. Blancos, blandos y suaves.

La joven algo nerviosa, tragó saliva. Miro a los ojos al joven que no la miraba a ella tenía su atención en aquella parte de su cuerpo al descubierto. Sin esperárselo los ojos del mínimo se dilataron cuál gato y su mirada parecía atravesarla.

Él acercó lentamente su rostro al cuello de la fémina, chocando su respiración contra ella.

- Estás para comerte entera... galletita.

Acaricio con su nariz su piel y susurrándole cosas en la oreja que la hacían lubricarse e inconscientemente cerrar las piernas. Sin más demora beso su cuello marcando camino hacia sus pechos. La azabache apenas podía controlar su respiración, jamás imaginó a chatnoir tan atrevido, aquello le excitaba demasiado.

Lamia un pezon y lo mosdisqueaba con algo de fuerza haciéndole soltar suaves jadeos y luego iba por el otro haciendo exactamente lo mismo.

- Eres tan hermosa... - bajo sus lamidas y besos por su abdomen sin despegar en ningún momento la mirada de la de ella. - no te imaginas las ganas que tengo de comerte como a galleta que siempre hueles. - tomó las esquinas del holgado pantalón junto con sus bragas que traía para bajarlo ante la nerviosa mirada de la ojiazul.

Su corazón latía a mil. Estar completamente desnuda ante un hombre la ponía insegura y nerviosa, no como antes que parecía llevar bien la situación. Cerró los ojos ante los nervios; Chatnoir la acariciaba, sus muslos, caderas, cintura.

Sabía que estaba insegura. No quería que se sintiera presionada a hacer algo que no quisiera. Lo hacía despacio y sin prisas. El rubio volvió a subir hasta su rostro sonrojado y susurrarle cerca de su cara.