•CANCER•... [Marichat] MLB

Cirujia

Ya era la hora de la cirugía, chatnoir estaba en una sala privada con los padres de marinette. Últimamente los noticieros se habían enterado de las visitas al hospital de el héroe enmascarado por cual ahora lo tenían en un lugar seguro.

Chatnoir la noche pasada hizo que marinette la pasara lo mejor posible. Decidió preparar un picnic en la terraza del hospital, se había esforzado demasiado para que aquello saliera perfecto. Marinette sorprendida y enternecida accedió en cenar con chat.

Decidió no estresarla mucho. Ya le habían puesto unos pequeños tubos que conectaban a un almacén de oxígeno que llegaban hasta su nariz para ayudarla a respirar y el corazón latiera constantemente. Podía escucharla quejarse algunas veces pero se acostumbraba al rato. su cena fue especial y llena de risas de la azabache que hacían estremecer y llenar de ternura el corazón del felino.

Sabía que no tenía que llorar en aquellos momentos. Tenía esperanza... Mucha esperanza, sabía muy bien que marinette era una persona muy fuerte y valiente. Era la mejor Chica que pudo haber conocido... Y eso que conocía a muchas gracias a las seciones de fotos y cursos que hacía. Podía conocer a la mujer más bella del mundo pero sus ojos solamente eran para ella. En su cabeza nada más rondaba los recuerdos de marinette sonrojada, la mirada baja, acomodándose un mechón detrás de la oreja muy nerviosa al querer invitarle hace unos meses atrás un helado. Ya se la imaginaba cuando supiera de que era él, quería tenerla siempre a su lado... Todo el tiempo que pudiera.

Pero al principio jamás lo supo aprovechar como debía haberlo hecho como supuestamente amiga que era. Pudiera que anoche hubiera sido la única noche con ella y por ello decidió hacerla lo más perfecta posible, pero algo dentro de él decía que ella iba a estar bien.

Habían muchas cosas que él aún no entendía. ¿Cómo rayos la akumatizada le había pasado una enfermedad así? ¿Será que también se lo hizo a otra persona? Y si es así... ¿Estará bien? Muy pronto iba a tener respuestas. Y para ello necesitaba al maestro fu, según marinette el era el nombre de que que les había dado los miraculous, así que tal vez podía conseguirle algún compañero que le ayudase o tal vez algún indicio del akuma. Apenas marinette despierte de la cirujia iba a ir a buscarlo.

Después de un rato pensando el Doctor Ramírez se había acercado a ellos con una gran sonrisa en el rostro alegrando mucho a los presentes. - debo admitir que esperaba que fuera algo más complicado pero al parecer todo va a la perfección. Mañana en la mañana ya estará despierta. Les sugiero tenerle paciencia, perdió mucha sangre en la cirujia pero pudimos controlarlo... Solo rezamos porque su cuerpo acepte la medicación.- chatnoir sonrió feliz y suspiro con los ojos cerrados aliviado por aquella noticia.

El doctor Ramírez llevó a los padres de marinette hacia la oficina respecto con los siguientes pasos para vencer el cáncer. Chatnoir miro hacia donde anteriormente el Doctor había salido, con curiosidad se acerco hasta la puerta y entrar despacio y buscar con la mirada a alguien... Con suerte a marinette.

- Hey no puede!... Ah lo siento Chatnoir, que... Que busca? - pregunto un doctor que estaba quitándose la bata y guantes usados en cirugía. El pobre minino casi se atraganta al ver los guantes ensangrentados, sabía que era de marinette, después de todo ahí era donde le estaban haciendo la cirugía.

-Ehh... Quería hablar con usted. Me gustaría que marinette pasara su reposo en su casa, pienso que es lo más conveniente.- el doctor escuchaba cada palabra mientras se ponía su otra bata y alistaba algunos papeles. -entonces quería ver si podía convenser al doctor Ramírez, porque él me dice que necesita muchos medicamentos y medidas para ello pero si se requiere puedo llevar una enfermera privada.- anoche había hablado con marinette sobre ello. Ella intentaba ponerle alguna excusa para poder salir de ese hospital... Al parecer no le gustaban. - haré lo que me pida con que simplemente me deje llevarla en unos días a casa.- se mordió el labio nervioso. El otro doctor le había negado rotundamente que no podía llevársela a casa, si después le pasaba algún ataque o un desgarro podía ser un problema muy grave.