Felix siempre ha tenido la mala costumbre de fijarse en personas mayores y de mala reputación.Esta vez se ha interesado en el nuevo bibliotecario de ojos vivaces y sonrisa tentadora. Cree que está vez será diferente.
Más sin embargo más allá de su apariencia dócil y amable se encuentra un joven rebelde de alma libre que ama fumar.
¿Quieres encender mi cigarro?
Esas son las palabras que arrastran a Felix a un nuevo mundo en donde los besos tienen un sabor diferente a chocolate y dulces.
Esta vez son amargos: Son con sabor a Tabaco.