Capítulo 3. Parte 3.

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“Bueno, ¿qué le quieres decir?”

La punta del lápiz se hunde más sobre la hoja a la cual le he hecho garabatos en los márgenes. Estoy trabajando en una pradera de flores, añadiendo abejas zumbantes y mariposas. Hemos estado sentados en el lado del escritorio de Mack casi cuarenta minutos, aún deliberando cómo su carta de amor debería comenzar. Me imagino que en alguna parte, Rob está molestando a Tiff para que comparta sus palomitas de maíz, y que ellos ya pelearon sobre quién obtiene el posa brazo del medio.

“Quiero que ella sepa que la hecho de menos”

“Bueno, eso es un comienzo.” Digo, alejándome de mis ilustraciones y comenzando en una nueva página. “¿Qué extrañas?”

“Todo.”

Me esforcé para no arrugarlo, porque sé que eso lo llevaría hacia atrás y no avanzaríamos. Para combatir el hormigueo de mi pie derecho, me cambio a mi pierna izquierda, para concentrarme de nuevo. Mack se ha movido de arriba hacia abajo como un yo-yo mientras estábamos juntos, y me estoy dando cuenta que su tensión se está agrandando debido al hecho de que no puede terminar su carta. Sus grandes gafas están apoyadas en el final de su nariz, y no puedo evitar compararlo con James y su común disgusto por usarlos. James lo mantenía guardados en su bolso, sólo tomándolos cuando era absolutamente necesario para mirar la televisión. El hecho de que sus pestañas sean tan largas que tocaban el vidrio de sus gafas, me fascinaba.

Dibujo una estrella en el margen del papel, leyéndome a mí misma por las ráfagas de ideas que espero seguir. Es probablemente un poco optimista mientras Mack toma un diario de citas en su regazo.

“¡Mack!” Un grito hace eco sonando en el interior.

Su cabeza se levanta inmediatamente, sus ojos se posaron en mí y después en la puerta.

“Es Harry.”

Su voz era baja, lo suficiente para advertirme, pero no para llamar la atención de que tiene compañía en su oficina. Libero mi lápiz, el cual estaba mordiendo, y lo dejé en el escritorio escuchándolo sonar. No tenía idea a dónde se fue porque estoy concentrada en la necesidad de esconderme.

“Llegó temprano” Siseó.

Los sonidos de las pisadas de afuera en el corredor suenan como tambores en mis oídos, el corazón en mi boca, arrastrándome a un lugar imposiblemente pequeño entre el gabinete y la caja fuerte. Mis manos se sienten sucias, y mis rodillas probablemente estaban llenas de polvo por el suelo. No es el mejor lugar para esconderse, pero sirve para un desesperado propósito mientras me aprieto y serpenteo al lugar relativamente seguro. Choco mi cabeza con la parte de arriba donde está la caja fuerte, pero me ahogo un gemido a causa del dolor por mantenerme escondida. Desde donde estoy puedo ver las piernas de Mack, arrodillándose mientras agarra el papel en el cual estábamos trabajando antes de arrojarlo en el cajón. Mi estómago se siente como si se me fuera a salir por el culo y silenciosamente me arrepiento de haber compartido con James el paquete de whiskey la noche del jueves. Apenas puedo respirar y no quiero saber que la puerta de la oficina se acaba de abrir.

“Harry” Mack saluda un poco inquieto, probablemente por el hecho de que está dejando ocultarse a un polizón entre sus cosas.

Trago la bilis subiendo por mi garganta.

“Necesito mi dinero.” Exige Harry.

Me presiono más contra mi escondite oscuro. Probablemente hay arañas aquí conmigo pero no hay forma de que me asusten. Estoy más cómoda aquí que estar fuera.

“Ya te lo dí.” Responde Mack, casualmente recostando su espalda en el escritorio.

“No el de anoche.”

Knockout. (2º Temp. Dark. Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora