Vida desastrosa.

Capitulo 12: ¿Hermanos? ¿Novios?

-¿Qué? ¿Os conocéis?-pregunte.

-Sí, se conocen y yo también le conozco.-dijo Lorena.

-¿De qué os conocéis?

-Esto… te lo podemos explicar.-dijo Aron.

-Empezad.

-Veras hermanita-empezó Aron-Somos pareja.

-¿Cómo!!?

-¿Hermanita?-pregunto Matilde.

-Esperad esperad, Aron. Matilde es tu… tu hermana.-dije.

-¿COMO!!!!?-Dijeron los dos a la vez.

-Pues eso.-dije.

Les dejamos solos para que hablaran, no podían estar juntos siendo hermanos, un rato después me acorde de que Lorena había dicho que también le conoce, así que decidí preguntarle.

-Oye Lorena, y tú, ¿De qué conoces a mi hermano?-pregunte.

-Yo le conozco porque estuvo saliendo con mi hermana Nerea, es de la misma edad que yo pero nació después, a los meses de yo nacer.

-Ah vale.

Estaba flipando, mis hermanos estaban saliendo, ¿Alguna sorpresa más? Nos sentamos en un banco, y Manuel que llevaba toda la tarde sin hablar me abrazo, estaba raro y me estaba preocupando.

-Cariño ¿Qué te pasa?-pregunte.

-Nada..

-Si te pasa algo, dime.

-Antes en casa has dicho que quieres que se quede Lorena hasta que te vayas a Madrid, no quiero que te vayas.

Me quede mirándole, estaba con los ojos llorosos, y me sentí fatal, no quería irme pero no podía estar toda mi vida en su casa dependiendo de sus padres, no quería que me mantuvieran y menos que mantuvieran a mi amiga. Tampoco quería alejarme de él me había demostrado que me quería y que todo lo que me hizo de pequeños se arrepiente, ¿Qué debía hacer?

-Oye, y tus padres de quedarse ella ¿Qué te has dicho?-pregunte.

-Me han dicho que.. Que si..

-¿No te hace mucha gracias verdad?-le pregunte llevándomelo un momento.

-No es que no me haga gracia es que quiero estar contigo.

En aquel momento le abrace y algo del cielo callo, le dio en la espalda clavándoselo, y el cayó al suelo desangrándose.

-¡SOCORRO UNA AMBULANCIA!-chille.-No te mueras por favor Manuel, te necesito-dije llorando.

¿Quién había sido? ¿Por qué a e él? ¿Y la ambulancia donde narices esta? Vi a Lorena correr a llamar a la ambulancia mientras yo tenía a Manuel con su cabeza apoyada en mis rodillas, estaba llorando, no quería que se muriera.