TEQUILA LEMONADE

Parte 10 "Night Life"

"Míralo allí tan tranquilo, como si no pasara nada... Dormido soñando en quien sabe qué..." 

Pensaba mientras veía a Charly dormido en aquél sofá, mientras yo estaba en el enésimo dilema de aquella noche. 

¿Pero en qué estaba pensando?, como si hubiera sido la primer vez que me encontraba en problemas. Entonces recordé, mientras lo miraba las cosas que vivimos de fiesta en fiesta y de dificultad en dificultad. Él es como la señorita del grupo, cuando no tiene algo qué hacer porque se lo ordena alguien más, le pasa algún accidente, se queda dormido, donde sea... es en serio; donde sea. Por ejemplo aquella vez que, de niños, un auto lo golpeó y le arrancó un pedazo de piel de su pierna; podía ver la grasa que recubría su músculo, lo cual es raro porque desde que lo conozco, es algo así como un perro parado. Y todo por un balón de futbol. Pero ni el tiempo lo compuso. Otro día  volvimos de un bar y al bajar del taxi se tropezó y su cara fue a dar en aquella reja. Su frente sangraba, de tal modo que llenó de sangre mi ropa. Sus papás pensaron que alguien lo había golpeado.  ¿Cómo iba yo a decirles que su agresor fue una reja de acero?. Éste tipo cuando no tropieza, se cae de las formas más estúpidas. De la silla, de la cama... de lo que sea. Y solo es afortunado por el hecho de que al parecer, no ha pasado del suelo. Con sus respectivos golpes y descalabradas, pero mírenlo, allí tan tranquilo. 

Hubo un tiempo que éramos inseparables, cada día buscábamos nuevas aventuras. Bueno, yo buscaba las aventuras y él solo me seguía. Si buscaba chicas, él me seguía, si me metía en problemas, él me seguía. Sin embargo no todo era sí. Si había alcohol, yo lo seguía... es lo  justo ¿no?. Con sus excepciones, como la vez que salimos de viaje, yo ya estaba con Smog, en aquel lugar, ebrios y él llegó después, ebrio. Era como tomar y convivir a distancia, para estar a la par. Una vez, en pleno bar, se quedó dormido en la mesa, de pronto se levantó, completamente borracho, sujetó el mantel, se lo puso de capa, como quien se cobija y brincó de súbito al lado de una chica que estaba en otra mesa, la chica y su novio solo se reían, mientras Smog, Bob y yo, no sabíamos donde meter la cabeza de la verguenza.  

¿Qué, no me creen? ¡Ja ja ja! Si supieran... 

Pero vamos, ¿quien no ha tenido un amigo, con quien regresar tan borrachos, que pareciera que vamos marchando, sujetados de hombro a hombro y hablando de lo alcoholizado que hemos quedado, rebotando por todos lados?

Cierto día, pasé como de costumbre a su casa, era un Sábado. De pronto llegó otro vecino, un tipo alto, mayor que nosotros, aunque no tanto. Nos dijo que, qué haríamos esa noche, pues él como gerente de un pequeño bar, estaría feliz de que lo visitáramos. La verdad es que no le creímos que nos invitara. Porque cuando niños, hacía lo mismo para comer pizza y lo único que hacía era asustarnos en su casa, escondiéndose con un complice. En fin, nos despedíamos, como quien queda muy formal para llegar a la cita. Des pues se retiró y Charly y yo, continuamos con nuestros planes. 

Me dijo que una amiga suya, lo había invitado a un bar, donde amigos de su colegio también estarían.  Lo cual no sonaba nada mal. Entonces nos dispusimos a ir a dicho lugar, pero no encontró a sus amigos. Sin embargo yo sí vi a un conocido. A lo lejos vi a un Smog que no había perdido el tiempo, bebiendo, comiendo y disfrutando con su grupo de conocidos. Porque cada quien tiene un grupo alterno. Mi defecto; homologarlos, para no perderme de ningún evento, ni la oportunidad de conocer gente. ¿O como creen que se hace alguien tan popular, como para ser partícipe de las primeras filas?

Sin embargo, nos salimos, pero sonó su telefono móvil, ya que como era costumbre, no tenía ni un poco de saldo para hacer llamadas. De hecho, no teníamos mucho dinero; solo para el transporte de regreso. Y es allí donde se pone interesante.