Parte 8

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.::Pov's Misaki::.

¡Demonios como llegue hasta aquí?! Mis pies cobraron vida propia.

Estoy parado enfrente de la puerta, del departamento de Akihiko. Ya no lo encontré en Marukawa, quería ser quien le dijera que regresare a vivir con Kyo, quiero explicarle, decirle, ¿Qué demonios le voy a decir? Solo somos amigos, él es el mejor amigo de Niichan, creo que ese es nuestro único lazo.

No debí haber venido, pero una fuerza sobrenatural me ha obligado a seguir este camino. Sin embargo no me atrevo a tocar la puerta, parezco tonto aquí parado.

-¿Qué haces aquí?

La profunda voz de Akihiko llega desde mi espalda.

-Yo, este, crei que estabas adentro.

-Sali a comprar cigarrillos, pero, no me has respondido.

Y aquí es donde las palabras se me han ido de la boca.

-¿Y bien?- pregunta insistente.

-No es nada, perdón por molestar.

Camino hacia el elevador, pero no logro avanzar suficiente, Akihiko me toma de la mano con fuerza.

-En verdad no te entiendo Misaki, vas a vivir con Kyo- ¡mierda, ya lo sabe! - , pero estas aquí en mi departamento, ¿Qué pretendes? ¿Volverme loco de celos?

¿Celos? ¿Por qué Akihiko sentiría celos de Kyo? ¡No es cierto!

-¿Tú...tú me quieres?- pregunto con temor, con las mejillas al rojo vivo, y mi corazón latiendo a mil por hora.

-¿Eres idiota? ¡Claro que te quiero! No he logrado sacarte de mi cabeza desde que te conocí, y créeme lo he intentado.

Me siento feliz, muy feliz, y sin pensarlo, beso a Akihiko, apenas un roce suave en sus labios.

-Yo...yo también te quiero...pero

Está bien daré mi discurso de porque iré a vivir con Kyo, pero no sé si las palabras me salgan debidamente, estoy tan conmocionado que Akihiko me quiera.

Pero mis intenciones se van lejos, muy lejos, pues Akihiko me toma la cara y me besa apasionadamente, metiéndose tan profundo en mi boca, que presiento que me ahogare de felicidad, me abraza, lo abrazo, nos golpeamos con la puerta, y por arte de magia esta se abre, o este hombre es demasiado hábil, pues no siento que me haya soltado ni un segundo, damos pasos a ciegas al interior de su departamento, mis brazos se enredan en su cuello, me toma de las nalgas y me alza del piso, mis piernas aprietan su cintura, cierro los ojos con fuerza, y así, en esta conexión, subimos las escaleras, o el sube conmigo enredado en su cuerpo, el cual tiembla ante la espera de lo que pueda suceder, mi erección está rozando con la suya, y un gemido se me escapa, mis pantalones me lastiman, y puedo sentir el deseo palpitante de Akihiko, frotándose en mi entrepierna, al vaivén de sus pasos, mientras su boca amielada me besa, comienza a quitarme la camisa, cada botón desabrochado es una promesa, el deseo de sentirme, el deseo de sentirlo, yo hago lo mismo con su camisa, mientras nuestras lenguas buscan y relamen la boca contraria.

Pareciera que nos hemos ido de la ciudad, no escucho ya los coches, o el ruido de aviones al pasar, ni siquiera los sonidos del elevador al bajar y subir, solo son nuestras respiraciones, acompasadas, y frenéticas al mismo tiempo, y eso que aun, que aún no hemos llegado a la mejor parte, sus dedos rozan mi erección por encima del pantalón y luego se deslizan a desabrochar, cinturón y botón, pero se detiene, deja de besarme.

-Misaki, te deseo tanto pero...ahora tengo un dilema.

Abro los ojos y me pierdo en el violeta de los suyos, las pupilas de Akihiko están dilatas, cargadas de deseo, y ahora sé que es por mí causa. Me calienta más.

Pandas invertidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora