¿Adivinen qué? NUESTRO EMO ESTÁ DE CUMPLEAÑOS, y por ello, y después de pensármelo toda la mañana, decidí hacer esta weada. En primer lugar porque, en el cumpleaños de Lance, también escribí un Especial (en mi otra fic) y me siento como una mala madre si no hago un especial para Keith. Probablemente va a haber muchos errores e incoherencias, pido disculpas desde antes con la pobre y mísera excusa de que hago estoy muy apurada.
La historia no transcurre en el tiempo igual que la fic en si, aquí estamos haciendo un salto de 9-10 meses en el tiempo.
*
2:27 p.m.
Keith dejó salir un suspiro que logró llegar hasta su cabello y lo hizo volar lejos de su rostro, para después volver a descender a la misma posición cubriéndole una parte de su ojo derecho. Estaba recargado sobre el mostrador, sintiéndose de todo menos como un chico más grande que el día anterior.
Era su cumpleaños número 17, pero para él, solo era un día más. Tan monótono y aburrido como siempre, y en parte, era su culpa. No le gustaba alardear por ello y no contaba los días por la llegada del día que hacia enloquecer a casi todo el mundo. Sino fuese porque contaba con un Shiro, ni siquiera habría recordado que hoy era su cumpleaños.
Miró el reloj colgado sobre la pared una vez más. 2:31 p.m. Keith no se molestó en volver a suspirar, estaba acostumbrado a los tratos injustos del tiempo.
Por otro lado, estaba Lance, a unos escasos metros de Keith, totalmente muerto de vergüenza por el simple hecho de tener que cruzar aquella puerta que los separaba a ambos, por la inseguridad y duda acerca de cómo se veía, si su ropa estaba limpia o si olía raro, por la ansiedad que le daba pensar cómo sería la reacción del pelinegro.
El moreno limpió el sudor de sus manos en sus jeans de mezclilla, se pasó los dedos por el cabello y después limpió el, inexistente, sudor de su frente. Toco el bolsillo de su pantalón y comprobó que su sorpresa siguiera ahí.
Tomó aire una última vez, quizás era su quinta, no lo recordaba, solo sabía que el Lance seguro de sí mismo y egocéntrico nunca estaba presente cuando se trataba del chico de ojos violetas que se había convertido en una gran parte importante de su mundo. Quería hacérselo saber, quería que supiera lo mucho que lo quería. Por eso mismo, entró al lugar, con todo el miedo sobre sus hombros, pero lo hizo.
Keith jugaba con sus dedos, golpeteando el mostrador una y otra vez con ellos, hasta que aquel chico moreno entró. Más alto que la primera vez que lo había visto, pero con la misma sonrisa, aunque quizás ahora más brillante y sincera, y su cabello castaño hecho un desastre, pero no tanto como el suyo, su caminar tan ligero y su aura tan luminosa. Keith enderezó su cuerpo y miró a Lance con un signo de interrogación en su rostro, ¿acaso el moreno sabía...? Imposible, Keith jamás le había dicho nada, pero entonces... ¿que hacia ahí?
"Hola" Dijo Lance, sonriendo tanto que sus mejillas le dolían, con su mano pegada sobre el bolso de su pantalón, asegurándose de que lo que llevaba ahí dentro no se escapara, como si se tratase de un objeto con vida propia.
"¿Hola?".
"¿Porque eso sonó como una pregunta?" Lance enarcó una ceja y se llevó el otro brazo a su cintura. "¿No estás feliz de verme?" Keith rodó los ojos, sin responder, aunque Lance y él sabían bien la respuesta.
Claro que estaba feliz de verlo. Lance caminó más cerca y rodeó el mostrador hasta estar frente a frente del pelinegro. El podía estar muy nervioso alrededor de Keith, pero eso no quitaba lo mucho que le gustaba estarlo de todas maneras. Agarró a Keith por las mejillas y lo atrajo hacia si mismo, besándolo. Keith sonrío sobre los labios del otro, disfrutando de poder sonrojarse antes de que Lance se diera cuenta de su cara de completo enamorado.
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learning about us | klance vld
FanfictionLance McClain es ingresado a la pequeña casa de alojamiento de Coran y Allura para adolescentes con problemas cuando intenta terminar con su vida, ahí, su destino se topa con Keith Kogane, un chico oscuro con un pasado tan estropeado como el del mor...