Keith se subió en la cama de Lance sin preguntar, se hizo un hueco entre las sábanas, doblando sus rodillas y mirando por la ventana empañada. Lance apenas y levantó su cabeza cuando sintió el peso del cuerpo del otro através del colchón; se sentía demasiado mal como para recibirlo con una sonrisa, y aunque eso preocupaba demasiado a Keith, de cierta manera lo había aliviado.
"¿Te puedo contar algo?" Preguntó Keith, aún con sus ojos puestos en el cristal frente a él, perdida en la nada.
Lance se dio media vuelta, sin despegar su cuerpo de la cama, y observó a Keith, o al menos, al perfil de este. Se miraba tan distinto al perfil que había visto en el cine, a pesar de ser la misma nariz, la misma barbilla, el mismo cabello. Parecía más... más seguro de si mismo, de alguna forma. El moreno asintió.
"¿Sabes qué casi no recuerdo nada de mi familia? Bueno, sé que tuve una, en algún momento, pero apenas recuerdo aquello" Comenzó a decir Keith, con el ceño fruncido y los hombros caídos. "Me acuerdo del cabello de mamá, siempre llevaba las puntas teñidas de morado y la raíz negra, y también de sus dientes afilados, y recuerdo la postura de seguridad de papá, y como su barba me hacia cosquillas cuando me abrazaba, y la manera en que mis manos se sentían calientes cuando agarraba la de ambos, pero no recuerdo sus voces, y a veces, ni siquiera sus rostros".
Lance lo miraba sin parpadear, y por alguna razon, con el pecho ardiendo. ¿Qué le estaba contando?
"Pero sí me acuerdo del día que dejaron de estar ahi, casi todo el tiempo, y generalmente en mis sueños. Y ni siquiera son pesadillas, porque cuando me despierto, sigue siendo real." El pelinegro tomó una gran bocada de aire antes de seguir. "Fue hace... algo, en realidad. Tenía 9 años y una mejor personalidad, me había quedado en casa de Shiro ese día porque ellos... no sé ni porqué, pero ya no volvieron más. Nadie me dijo el motivo de su desaparición al inicio, pero aunque era un niño, no era un idiota. El concepto "muerte" ya lo conocía, pero nunca lo habia experimentado hasta ese entonces".
El moreno se reincoporó en su asiento y clavó sus ojos en Keith, sintiendo el pecho adolorido y las lágrimas picándole por todo el rostro, pero el pelinegro seguía mirando al frente, con la voz fuerte y clara y la espalda recta.
"He vivido cosas horribles toda mi vida, pero lo que más he odiado, es el sentimiento de debilidad en mi. Las voces delicadas que los demás utilizaban a mi alrededor, el cuidado exagerado, las preguntas de compromiso, las miradas de pena... me daba asco, y no podía hacer nada, mas que tragarme las lagrimas y enojarme. Me he pasado la vida enojado desde ese momento, con todos, conmigo, con mis padres, con el mundo. Nunca supe como manejar la ira, asi que hice cosas terribles desde que aprendí a hacerlas. Perdí el foco, y no me importaba tampoco. Creí que estaría perdido por siempre, que terminaría muerto antes de que llegara a ver mi vida comenzar, y probablemente, así habría sido, hasta que llegué aqui" Keith se apartó el cabello del rostro y suspiró, buscando las palabras correctas. "Suena cursi, y azucarado, pero no hay otra manera de decirlo sin que me sienta honesto. Supongo que al inicio... seguía rehusándose. Seguía creyendo que las personas me trataban de esa manera como si pensaran que podía romperme en cualquier segundo ¿y quién sabe? Quizás así era. Pero en realidad, se comportaban así, Hunk, Pidge, porque también estaban aprendiendo a como vivir, y yo no tenía nada que ver. Después de acostumbrarme a este lugar, había días que llegaba a pensar que podía hacerlo, y que estaba bien avanzar, y luego había otros en los que tocaba fondo y me estancaba en mi mente. No es fácil salir de tu propio infierno, cuando tu propio enemigo, eres tú. Y es tan sencillo rendirse, dejar de moverte y aceptar que no vale la pena ¿no? Me sucedía todo el tiempo. Pero creo que... que lo cambiaste. No sé como hacértelo saber Lance, pero hubo algo en tu llegada a mi vida que lo cambió todo, pero no fue hasta ayer que me di cuenta, en realidad".
Lance seguía confundido, pero conmovido, asi que dejó al otro seguir con todo lo que tuviese que decir.
"Mi primera impresión de ti, fue que eras demasiado falso, ¿puedes creerlo? Yo diciendo algo así, es una hipocresía. Pero no me podía creer que alguien fuese así de bueno como tú. Brillabas todo el tiempo, sonreías y reías con los demas, confiaste en ellos tan rápido... no es que me cayeras mal, solo no estaba interesado en ti en absoluto. Pero entonces me notaste, y te esforzaste, y fuiste amable y bueno genuinamente, sin haber oído mi triste historia. Asi que, en algún momento, comencé a apoyarme en ti, te usé como pilar sin tu consentimiento, y sin percatarme, quise mejorar así como tu lo estabas haciendo, para ser fuerte como tú" Keith terminó con una risa amarga, y por primera vez desde que había llegado a la habitación de Lance, se volteó para mirarle a los ojos "¿Pero tu no eres fuerte, no es así?".
El moreno palideció y su estómago se comprimió por completo. No, él no era fuerte y jamás lo había sido, pero escucharlo de alguien más... lo hería. Unas ganas de llorar enormes lo invadieron, y deseó que Keith se detuviera.
"Cuando te vi llorando en el suelo... fue sorprendente. Me di cuenta que eres como yo, como Hunk, como Pidge, incluso como Allura. No hay persona fuerte del todo, dudo que exista alguien así. No era la primera vez que cometía el mismo error, por lo que me sorprendió haberme sorprendido. Solía creer que Shiro lo era también, así que lo usaba de escudo ante cualquier mínimo desastre en mi vida, y cuando vi que no era así, que incluso él era debil, me asusté, porque creí que entonces nada me esperaba a mi mas que una vida llena de miseria. Pero veo ahora mi error, y no es que Shiro sea un cobarde, o que tu seas de porcelana, solo que... somos humanos, tenemos sentimientos, y no podemos controlarlos. Y aún asi..." Keith sonrió, pausando. "Aún así, sonreías, y escribías cartas con tus sentimientos en ellas, y te reunías todas las noches para contar cual había sido tu momento favorito del día. Y aún así, pedías perdon y eras un buen amigo con los demás, conmigo".
Keith buscó la mano de Lance, helada y delgada, y la envolvió con la suya, sintiendo el mismo calor que podía recordar de cuando era pequeño y tenía una familia.
"Verte llorar fue doloroso, Lance, pero me hizo feliz. Porque ser débil está bien, demuestra que sentimos, y que lo intentamos apesar del dolor. No hay nada de malo en tener miedo, o en cometer errores, pero no esta bien cargar todo el peso tú solo, o culparnos por cosas que no controlamos. ¿Lo entiendes, no es así?" Keith hablaba con menos seguridad que antes, y su voz amenazaba con romperse en cualquier segundo, pero su mirada no titubeaba, proque realmente estaba hablando a Lance, desde el fondo de su corazon. "Tienes que perdonarte, y perdonar al mundo tamnien, y drjar de hacerte daño, a ti y a los demás, y tienes que vivir. Con todo y lo malo, porque sino lo haces, ¿como vas a ser capaz de ver lo bueno?" El pelinegro soltó la prinera lágrima al momento en que sonreía y se levantaba de la cama. "No pude verte, hasta que fui capaz de aceptarte, y de cierta manera, eso te convierte en la persona que me hizo querer vivir, ¿no? Incluso con todos tus errores".
*
Hay eventos que te dejan una marca, una cicatriz que te persigue a cada lugar que vayas, invisible, pero potente. Existen las buenas, y las malas.
La muerte de Carlos marcó a Lance con más profundidad de la que su corazón podía soportar, y lo condenó a una vida que parecía jamás querer dejar de doler.
Pero él sabe, desde el momento en que tomó asiento frente a Allura, que había una nueva cicatriz en su pecho, que lo había tenido sonriendo como un desquiciado.
"Voy a estar bien" Dice Lance, y por primera vez quizás, se lo cree. No necesita más que esa promesa, incierta pero con esperanza. "Quiero vivir". Agrega, y la imagen de Keith aparece en su mente al tiempo de esas palabras.
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Capítulo cortoooooo, que barbaridad.
¡¡¡¡VOLTRON SE ESTRNA EN MENOS DE UNA SEMANAAAAA!!!!
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learning about us | klance vld
Fiksi PenggemarLance McClain es ingresado a la pequeña casa de alojamiento de Coran y Allura para adolescentes con problemas cuando intenta terminar con su vida, ahí, su destino se topa con Keith Kogane, un chico oscuro con un pasado tan estropeado como el del mor...