El despertar

36 5 1
                                    

Lo que alguna vez fueron noches con el simple propósito de descansar físicamente ahora había dado paso a algo que Cedric solamente había experimentado el día anterior como un susurro antes de abrir los ojos. El descanso se plagó de imágenes y sensaciones completamente fuera de lo que conocía en Marne, cuando despertó se encontró con Eva, quien mantenía una mano encima de su frente.

—Debió ser el dolor... —para el rubio aquella palabra no era más que una definición hasta ese día. Sentándose en la cama parpadeó un par de veces, sintiéndose raro. Eva se levantó pensando que quizá necesitaría espacio.

—¿A dónde vas?

—Iré al pueblo, necesito unas cosas, deberías descansar.

Cedric no quería quedarse solo y tampoco iba a perderse la oportunidad de caminar en aquel lugar con alguien que lo conocía.

—Voy contigo.

Aquellas palabras pararon en seco a la chica quien ya se encontraba a nada de salir. A ella no le molestaba su presencia pero ni siquiera había tenido la delicadeza de preguntar, como si nunca hubiese hablado con alguien.
Eva no refutó al chico, no tenía caso. Afuera, mientras caminaban, el silencio reinó entre ambos a pesar de que la castaña hacía preguntas al aire, las cuales eran contestadas brevemente, no fue sino hasta que dió con la indicada.

—¿De dónde eres?

Cedric miró al suelo buscando una respuesta que fuese creíble para alguien del pasado, no era legal hablar sobre el futuro pero tampoco es que Eva fuese relevante en la historia. Comentarle sobre su lugar de origen haría que pensara solamente locuras sobre él y muy probablemente lo abandonara muy a su suerte.

—Marne, una ciudad lejana en... No sabrías donde es.

—Debe de ser un pueblo, hay muchas ciudades pero nunca había oído alguna con ese nombre.

Explicarle a alguien del pasado que aquel lugar era la nueva urbe principal del futuro y además el soporte de la vida no era sencillo, tampoco entendería que hay un gobierno benevolente y que la paz es un hecho.

—Es muy agradable vivir ahí, creo —siempre había pensado de Marne como lo mejor pero ahora, en un día su perspectiva había empezado a cambiar.

—¿Crees? ¿No has vivido allá toda tu vida? ¿Y si es tan lejano que haces aquí? —las preguntas de Eva indagaban hasta su interior, removiendo algo que Cedric intuía, estaba prohibido.

—¡No, bueno, sí! Allá todos tenemos un deber, solamente cumplimos —la realidad chocó con lo nuevo que ahora Cedric experimentaba, los sentimientos—. Llegué aquí por algo ilegal que hice.

—Es como una utopía —dijo Eva respecto a su forma de vida tan inusual—. Y al parecer tú te saliste de los márgenes.

Costaba decirlo pero era cierto, venía de un lugar en el futuro, de algo a lo que ella tacharía como espacio. De igual forma tenía razón sobre que él había roto el sistema tan perfecto que manejaban.
Cedric sintió escalofríos, dándole a conocer lo que era el miedo. Él era un rebelde e irían por él.

VacíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora