4:00 am, Gabriel estaba totalmente borracho, en la barra de un bar, hablándole de Renato a cualquier persona que se le cruce.
El dueño lo tomó del brazo, sacándolo del lugar, diciéndole que no vuelva, ya que había causado un terrible desastre.Se encontraba tratando de meter la llave en la cerradura del auto, mientras soltaba uno que otro insulto, hasta que una mano lo detuvo — Que ni se te ocurra manejar así — dijo Tato, tomándonlo del brazo — ssssh ¿Qué haces acaaaaaa? vos dijiste que no repetias, y yo para vos sólo soy un pedazo de carne — contestó Gabriel, prácticamente gritando en el medio de la calle — Callate y veni conmigo — habló el menor, pero al ver que el rizado no tenía intención alguna de moverse, lo tomó en sus brazos, llevándolo a upa hasta su auto.
Renato lo miraba, estaba sentado en el asiento del acompañante, durmiendo, parecía un ángel, quizás lo era. La realidad era que el pequeño no se permitía sentir algo por alguien más, no después de que su ex novio, Fausto, le rompiera el corazón, pero ahí se encontraba, cuidando de un extraño, con el que había tenido sexo sólo una vez.
Una vez que llegaron al departamento, volvió a cargarlo en sus brazos, subiendo por el ascensor. Lo dejó en la cama, depositando un beso en su frente, se dio media vuelta para ir a ducharse, pero Gabriel lo tenía agarrado
— Mmm no te vayas — le dijo, con los ojos entreabiertos
— Me tengo que bañar Gabi — le contestó sonriendo. — ¿Me puedo bañar con vos? Es que me duele la cabeza, y sería bastante relajante darme un baño en éste momento — Y Tato no pudo negarse, no pudo decirle que no, no cuando lo miraba con esos ojos verdes que le hacían perder la cabeza, no cuando esos rulos que tanto le gustaban, estaban completamente despeinados, así que aceptó la propuesta, y agarrándole la mano, fueron juntos hasta la bañera.Lo desvistio despacio, prenda por prenda, como si fuera un muñeco de porcelana que podía romperse en cualquier momento. Los dos desnudos se metieron a la ducha — Sos muy lindo ¿Sabes? Y no sé que siento, pero yo me creía cien por cierto heterosexual, hasta que llegaste vos y ahora me tenes acá, bañándome con vos — soltó Gabriel de repente, haciendo que a el Tengue se le revuelvan los sentimientos — Vos también sos lindo Ave Gallicchio, y yo pensaba que nunca más me iba a gustar alguien, y acá me tenes — contestó, sin darse cuenta de lo que había dicho. — ¿Te gusto? — preguntó el rizado, con los ojos bien abiertos debido a la confesión — Emm, perdón, yo no... — pero no pudo terminar la frase, ya que sus labios fueron atrapados por la boca del mayor, lo acorralo contra la pared, sin soltarle las manos — Vos también me gustas — dijo el Conde, una vez que el beso terminó. Continuaron con la ducha, como si nada hubiera ocurrido, Renato le pasaba el jabón por la espalda, haciéndole caricias, repartiendo besos en ella. Una vez que estuvieron limpios y relajados, salieron los dos, envueltos con una toalla en la cintura.
Comenzaron a besarse, cayendo juntos a la cama — Gabi ¿Te puedo pedir algo? — preguntó el pequeño, el aludido asintió — Hoy no quiero que tengamos sexo, sólo necesita que vayamos a dormir, abrazados, no necesito nada más que eso — le pidió mirándolo a los ojos y en ese momento fue cuando Gabriel lo vio, vio el miedo en su mirada, el dolor, el sufrimiento. De un momento a otro entendió porque el pequeño tenía tanto temor a estar más de dos veces con alguien, entendió porque le había pedido que lo abrazara para dormir, así que le dio el gusto, tomándolo de la cintura y colocándolo en su pecho, mientras le acariciaba el pelo, dejando pequeños besos en él. Sintió como la respiración de Tato se volvía cada vez más pesada, dejando notar que estaba a punto de dormirse.
Gabriel no dejaba de pensar en el por qué de tanto dolor, en quién podría haberle hecho tanto mal a una personita hermosa de 21 años, como lo era el pequeño, tampoco podía saber con certeza si era un ex amor que lo había dejado así de lastimado, pero de lo que sí estaba seguro era de que él se encargaría de sanarlo.
ESTÁS LEYENDO
Dancing in the moonlight { Terminada }
FanfictionUn boliche, un chico delgado de piernas largas y definidas, y Gabriel que no podía quitarle la mirada de encima.