Te amaba. Por supuesto que lo hacía. Amaba cada centímetro de tu piel, amaba cada hebra de tu cabello, cada poro en tu cuerpo. Amaba todas las cicatrices, todas las curvas.
Te amaba. Amaba cada palabra que me decías, cada canción que cantabas, cada pensamiento que se te escapaba.
Te amaba. Amaba la suave piel de tus manos, tus uñas mordidas. La manera en que tus dedos trazaban líneas imaginarias en el hueso de mi cadera al acurrucarnos. Amaba tus brazos mientras me abrazaban. Amaba tus labios cuando me besaban. Pero eso ya no pasa. Y mi problema es que aún te amo.
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Blindfolded
Short StoryUna recopilación de pequeños homenajes al autoengaño, la traición, la nostalgia, la tristeza y a veces la dulce venganza.