Me encanta decir que te odio.
¿Es eso raro?
Me encanta.
Es un sentimiento fuerte, tan fuerte como los latidos de mi corazón cada vez que te veo.
Latidos que no me gustan.
Latidos se aceleran cuando sonríes, me guiñas el ojo... cuando haces ese gesto con los labios cuando estás realmente feliz.
Latidos que se vuelven locos con un sólo toque tuyo.
Es un sentimiento tan amplio como la sonrisa que se me queda al pensar en ti.
La sonrisa que tengo ahora.
Dios, te odio.
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Blindfolded
Short StoryUna recopilación de pequeños homenajes al autoengaño, la traición, la nostalgia, la tristeza y a veces la dulce venganza.
