Ella cerró los ojos y aspiró aquella esencia almizclada con la que tanto había soñado. Aquella esencia que la transportó a caricias, besos, gestos, abrazos, sonrisas, flores, placer, carcajadas... Y en aquel abrazo no se dio cuenta del brillante cuchillo acercándose peligrosamente al espacio entre sus omóplatos.
No se dio cuenta de que la boca de quien la abrazaba estaba torcida en una mueca imitando una sonrisa que dejaba entrever cientos de pequeños afilados colmillos en hilera.
Tampoco sintió el cuchillo enterrándose en su carne, envenenándola y deshaciéndola.
Murió porque sus sueños siempre le habían impedido estar en sintonía con la realidad.
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Blindfolded
Short StoryUna recopilación de pequeños homenajes al autoengaño, la traición, la nostalgia, la tristeza y a veces la dulce venganza.