Me maldeciste.
Me maldeciste en el momento en que tus labios encima de los míos pronunciaron el primer "te amo".
Me maldeciste.
Me maldeciste en el momento en que abrazaste mis dedos con los tuyos, y dándoles caricias me susurraste promesas que jamás cumpliste.
Me maldeciste.
Me maldeciste en el momento en el que juraste que yo sería tu prioridad, cuando ambos sabíamos que yo sólo era un pañuelo de tela esperando para que me usaras.
Me maldeciste.
Me maldeciste en el momento en el que me hiciste sentir que lo único bueno y puro que tenía eras tú, excluyéndome a mí misma de esa categoría.
Me bendeciste.
Me bendeciste cuando te quitaste tu máscara de enamorado y yo me quité la mía.
Bajo la mía había miles de cicatrices largas.
Bajo la tuya había un monstruo de dos cabezas, cuyas finas garras habían manchado mi piel.
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Blindfolded
Proză scurtăUna recopilación de pequeños homenajes al autoengaño, la traición, la nostalgia, la tristeza y a veces la dulce venganza.