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Taehyung era un chico carismático, los lunes tenía la energía de cuatro chicos en su ultima clase de viernes, y aún así la gente creía que era un jodido amargado, porque su rostro siempre estaba serio.

—Joder, Hoseok. Es una pieza de arte— El menor le robó un trozo de fruta del plato a la chica, quien permanecía embobada viendo a Taehyung.—, podría darle un buen golpe en la cara y seguiría igual de hermoso.

—Yoongi, sabes que Taehyung no es la gran cosa.— Un puchero apareció en sus labios; Taehyung tenía un perfil marcado de manera preciosa, unos lentes de pasta delgada que acentuaban sus rasgos masculinos y esos labios carnosos haciendo una sonrisa cuadrada.

—Está muchísimo más que guapo, ¿Cómo te atreves?— Mordió un pedazo de naranja y luego se lo aventó en la cara al moreno. Hoseok hizo una cara de asco.

—Yoongi, Taehyung es feo; asco, guacala.— Hizo un par de comentarios más que su amiga ignoró, con un puchero aún más pronunciado y el entrecejo junto.

—Joder, se nota que no saben apreciar la belleza.

—Te lo digo como amigo, Yoon, si vas a coger con él, asegurate de no tener hijos.

—Como artista, te digo que te vayas mucho a la mierda, su rostro es perfecto, como amiga, te digo que me chupes el pito, y como residente en una de las zonas más peligrosas de Daegu, te digo que cuides lo que dices, hijo de perra.

—No te puedes poner así sólo por como hablo de un chico.— Hoseok le quitó un pedazo de jicama, la bajita apretó los puños debajo de la mesa.

—Te la pasas juzgandome, a veces me hartas.— Una mueca molesta se instaló en el rostro del chico.

—Uy, disculpa. Se me olvida que eres una nena porque actúas como hombre.— Yoongi se rió aventándole la tapadera de su bento.

—Jodido hombre, papasito, me lo como entero— Chupó su labio con fuerza; no podía evitarlo, el alto la ponía así sin siquiera estar cerca.—, joder, lo malo es que le gustan puras mocosas hermosas.

—Callate estúpida — Le dijo Mariko regresando del baño; era una chica de intercambio que se invitó sola al dúo sólo porque Mingi le dijo que tenía arroz en la mejilla. Se llevaron bien desde el primer momento.—, no tienes nada que pedirle a la putita de Kwan.

—Jodida reina, está bien buena, hermosa y es buena en sus materias. Vete a la mierda Furukawa.— La japonesa rodó los ojos.

—Sólo cogetelo. ¿Crees que te va a decir que no? La mitad de los de primero quieren coger contigo— Buscó a la chica de la que hablaban, Kwan JaeIl, una chica dos grados abajo que tenía unas lindas mejillas rechonchas y facciones definidas, siempre tenía el cabello en una trenza un poco suelta, hasta el busto. No usaba maquillaje y el uniforme la hacía resaltar (no como a Yoongi).—, mierda, Yoon–ssi, lanzate.

—Ya me lancé. Creí que supo que fue enserio pero no lo fue, ¡Y ya te dije que no uses honoríficos si vas a hablar vulgar! ¡Todo o nada!— La chica se cruzó de brazos, Mingi la imitó rodando los ojos para después seguir jugando con su bento con algunos pedazos de manzana.

—Deberías ir a hablarle— Yoongi apretó los labios cuando escuchó a Hoseok decírselo, mucho más calmado que al principio.—, no me agrada la idea de ustedes dos juntos, pero siempre estás tan emocionada por él... Mierda. Hazlo. Hablale. Cuando están juntos incluso luces fresca, feliz.— Le miró por el rabillo del ojo, no se miraba enojado, ni lo decía de manera forzado. Estaba siendo auténtico.

—¿Debería?— Taehyung se levantó de la mesa, había estado platicando con unas cuantas chicas de su salón, al parecer ahora se iba a regresar.—, ¡Lo haré, que se vaya a la mierda! Si no quiere a ésta nena, pues, pues... ¡Luego termino esa parte!— Se levantó apresurada viendo al moreno caminar con calma a los edificios frontales, corrió en su dirección y gritó en su oído.

—¡Carajo, Min!— Empezó a dar saltitos tras escucharle (había tenido que brincar para alcanzar a gritarle). Taehyung se acarició la oreja.—, mierda, ahora estoy sordo.

—Como si te sirviera de algo no estarlo, siempre tienes los putos audífonos puestos.— El alto le dio un golpe a mano abierta en la nuca, Mingi le picoteó el cuello.

—Si, pero los uso cuando no estoy en clase, en clase escucho a los profesores.— La pálida rodó los ojos. Era cierto que Taehyung era un alumno ejemplar, pero le parecía un poco incómodo que se lo presumiera. Se sentía estúpida.

—¿Sólo lo usas en descansos? Vaya. Tengo suerte de que no los tuvieras— Le miró unos instantes antes de volver su vista al frente, el moreno alzó una ceja.—, entonces no hubiera servido gritarte.— Taehyung se rió por lo bajo.

—Vengo de hablar con unas amigas, también cuando hablo con la gente no los uso.

—Me imagino que cuando coges tampoco— El alto volteó a verla y se detuvo un segundo; Mingi le imitó. —, ¿Qué?

—¿Qué?

—¿Por qué te detienes?

—¿Por qué te burlas de mi virginidad?

—Aquí mismo te la quito.

—Entrale.

—Tú entrale.

—Ah, si es cierto.





A lo lejos, Mariko y Hoseok imaginaban que clase de plática estaban teniendo.

—¿Por qué se habrán detenido?— La chica murmuró por lo bajo.

—Ella definitivamente dijo que le quería chupar el pito.— Ambos asintieron.

once 🌻 taegiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora