Capítulo 42

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La puerta estaba cerrada y me sentía excitada por finalmente conocer a Edward en persona, conocer a quien diablos pertenecía aquélla voz tan sensual y extravagantemente seductora.

Los pasos se detuvieron afuera justo enfrente de la puerta, y una sonrisa malvada se dibujó en los labios de Erszébet, esperamos unos minutos y nada pasó, los pasos finalmente siguieron de largo y se escucharon otras voces.

Suspiré pesadamente, no sabía si de alivio o de no poder conocer a la persona que me acechaba hace tiempo, Erszébet me fulminó con la mirada y caminó hacia la puerta mientras el ruido de sus tacones retumbaba en toda la habitación y salió y azotó la puerta por fuera.

Miré a Louis y me acerqué a él, me agaché poniéndome a su altura.


-Lo siento –Suspiró –No sé como no me dí cuenta.

-No... Ésta bien ¿Tú estás bien?

-Algo así, lo importante es sí tú lo estás, estuviste internada y eso... –Miró mis hombros –¿Estás bien? Mi hermana puede ser una perra pero te curará las heridas.

-Prefiero morir a que me toque, me mata del miedo.

-Es inofensiva...

-No te creo.

-Sí, te estaba mintiendo, se cargó a más personas que Osama Bin Laden en las Torres gemelas, sólo quería despreocuparte.

-No te funcionó mucho que digamos. –Torcí una sonrisa.

-Tórtolos, me vale madres que hablen de mi, pero la perra tiene un regalo en la habitación continua, al rato vuelve. –Informó Erszébet.


Se acercó a mi violentamente y me tomó del brazo, mire a Louis a los ojos mientras Erszébet me arrastraba hasta afuera y azotaba la puerta.

Me ordenó que me parase y sentí el ruido de agua desde algún lugar, nos paramos frente a una puerta y la pelirroja comenzó a gritar que le abriesen, la puerta se abrió y pensé que estaba alucinando, Liam salió de allí dentro con una sonrisa dibujada en todo su rostro.


-La habitación ésta casi libre, te veo luego Beth, adiós Jade. –Dijo descaradamente y desapareció por el pasillo.


Erszébet abrió la puerta y me empujó dentro.


-En quince minutos vengo por ti, despídete. –Dijo y cerró la puerta.


¡¿QUÉ DIABLOS ESTABA PASANDO AQUÍ?!

Sentí un olor horrible que invadió mis fosas nasales y me doblé sobre mi estomago y traté de retener el poco alimento, pero fue inútil, recogí me pelo hacia atrás y vomité.

Asqueada por el gusto que tenía en mi boca me pasé la manga de la camiseta que llevaba por la boca y me limpié un poco, ésto era un desastre.

Centré mis ojos en una puerta que había dentro del cuarto y me acerqué a ella, tomé la manija y se abrió fácilmente, había un líquido rojo derramado por el suelo y rápidamente me dí cuenta que era sangre, me acerqué a la bañera la cual tenía las cortinas de baño levemente manchadas con la misma y la abrí de un tirón, sabía que me llevaría alguna desagradable sorpresa, pero no pensé que fuese una como ésta.

La tina de baño estaba llena de agua teñida de rojo por la sangre, había un frágil cuerpo de mujer huesudo, se notaba que estaba en sus peores momentos, tenía la cara mirando hacia el otro lado.

Dudé en tomar su cara y girarla hacia mi para poder identificar a la persona pero finalmente lo hice, y me llevé una sorpresa ¡Valla sorpresa! Era Alice.

De un momento a otro, mis mejillas estaban empapadas de saladas lágrimas y no sabía que diablos hacer, así que salí de allí y esperé a que Erszébet volviese por mi parada justo en frente de la puerta.

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