Capítulo 8 parte 1

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______.

Maldigo la maldita hora en la que prendí mi despertador. Yo quería dormir, no despertarme antes de las seis de la mañana. Era lo peor, de lo peor. Pero en mi colegio no había preparatoria (secundaria) en la tarde, así que debía ir sí o sí a la mañana. Maldito colegio. Maldito despertador. ¡Qué deje de sonar, por Dios! Es hartante, muy hartante.

-Puedes callarte. -dije de mala gana apagando el despertador que me estaba molestando hacían ya varios minutos. Me senté en la cama sin nada de ganas y me refregué los ojos un poco. "Acomodé" mi cabello, desenredándolo con mis manos y colocando un mechón detrás de mi oreja izquierda.

Suspiré y un poco mareada me paré. Intentando mantener el equilibrio caminé hasta uno de mis cajones y saqué el par de medias verdes que debía llevar puesto al colegio. Del placard saqué la camisa blanca y la falda gris. Me dirigí a la cama caminando como pude, ya que las muletas se me cayeron y no tenía ganas de levantarlas. Saltito por saltito llegué a la cama y me senté en ella. Me puse la única media que ocuparía y luego el zapato que correspondía al pie izquierdo al igual que la media. Tomé la falda gris y bajé el cierre que esta tiene. Metí mis piernas por la parte superior de esta y me paré para subir la pollera hasta un poco más arriba de mi cadera. Tomé las muletas y sosteniéndome, giré sobre mi talón para verme en el espejo que abarcaba gran parte de la pared. Me arreglé la falda y la media. Agarré la camisa y me la puse. Prendí los seis botones y metí la camisa por dentro de la falda. Luego me puse el sweater verde con el logo del colegio y acomodé la parte del cuello de este junto al de la camisa. Me dirigí al baño, me lavé la cara e hice mis necesidades. Tomé el cepillo de dientes y lavé estos.

Salí del baño que mi habitación tiene y mirándome en el gigantesco espejo hice una coleta en mi cabello, la cual até con un moño rosado claro.

Me maquillé poco. Sólo delineé con color negro mis ojos, me puse rimel y un poco de brillo en los labios. Arqueé mis pestañas y puse rimel por segunda vez.

Bajé a desayunar, lentamente con miedo a caerme. Mierda.

-¡Papá, se hace tarde! -grité desde las escaleras para que William, mi papá, se despertara. Escuché unos murmullos, seguramente estaba hablando con Caroline; su novia, esposa o lo que sea.

Terminé de bajar las escaleras y apenas llegué a la cocina, preparé beicon y huevos para mí.

-Oh, ______, tu padre en un ratito baja. -dijo Caroline. Esta tipa no me cae del todo bien, pero parece ser buena persona; papá la ama.

Asentí y ella se fue directo al baño. Me senté a desayunar y cuando terminé dejé el plato y el vaso que ocupé en la pileta para que William o Caroline lo lavaran. Subí a mi cuarto y tomé mi bolso con mi laptop y dos cuadernos que tenía que llevar. Metí esas tres cosas en el bolso junto a la cartuchera.

Bajé deprisa y me dirigí a la cocina de nuevo. Caroline y papá estaban desayunando no sé qué y charlando a las risas.

-Me voy en el autobus. Adiós. -saludé con la mano mientras tomaba las llaves de la puerta de la casa. Papá se dirigió hacia mí de repente.

-Te llevo, te será imposible subir con la pierna así. -dijo señalando mi yeso. Tomó las llaves del auto y volvió hacia donde estaba Caroline. Le dió un corto beso en los labios en forma de despedida y se dirigió a la puerta, la abrió y cerró la puerta seguido de que salimos.

-Podía irme en el autobus, papá -dije mientras el abría la puerta trasera del auto para que entrara. Una vez que entré, él se dirigió hasta la puerta del piloto, entrando al auto.

Cerró la puerta y dijo: -Sí, podías irte en el autobus pero no te dejo.

-Tengo dieciseis, sé manejarme sola, papá.

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⏰ Última actualización: Aug 12, 2014 ⏰

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