Capítulo Siete

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El peliverde como acostumbraba tomó parte de su comida, llevándola a su boca haciendo que sus mejillas se abultaran, sus ojos brillaron al sentir el buen sabor de la comida y luego de haber tragado, habló:

– Esto está realmente sabroso, parece que te esmeraste mucho.

– Yo solo quería que todo saliese bien –Expuso Sehyoon con una gran sonrisa en su rostro, y después llevó un bocado de comida a su boca, con la ayuda de los palillos.

– ¿Qué pasará ahora? Me refiero a sabes... Somos novios –Expresó Byeongkwan tímidamente, mostrando una sonrisita– ¿Cómo le contaremos a los chicos?

– No te preocupes de eso, con Donghun será bastante fácil, con Jun tendremos que ser bastante delicados, y sabes que Channie se alegrará cuando lo sepa. Tendremos que tener cuidado con los medios, porque nuestras carreras podrían verse afectadas. Pero, cariño, eso no importa ahora, come tranquilamente, lo importante ahora es estar bien con nosotros mismos –El mayor contestó bastante calmado, para luego continuar comiendo.

– No creo que cambie mucho, solo que ahora estaré más feliz siempre –Opinó Byeongkwan, con un tono agradable– Creo que ya estoy satisfecho, comí un montón –Acarició su abdomen por encima de la camisa.

– Yo también estoy conforme con lo que comí, ¿Quieres que descansemos un poco? –Sehyoon se levantó del asiento y le tendió la mano al peliverde, para que se levantase, y luego dejar un ligero beso en sus labios– Lo mejor es que siempre podré hacer esto ahora –Sonrió sin mostrar los dientes y acarició las mejillas de Byeongkwan.

– ¿En serio podrá pasar todo el tiempo? –Byeongkwan casi saltó de emoción, había olvidado el hecho de que era completamente normal que los novios se besaran, y él estaría encantado de que pasará incontables veces– Sí, quiero que descansemos, te ayudaré a guardar las sillas, cielo.

– Podría derretirme cada vez que me llames por un apodo, en serio –Wow abrazó a Byeongkwan por la cintura y rozó sus narices–

– Acostúmbrate, cielo –Reiteró Byeongkwan acariciando el cuello del pelinegro– Vamos a recoger todo esto, ¿Sí?

– Vamos –Habló el mayor, soltó a Byeongkwan y se dirigió a la mesa para tomarla.

Byeongkwan ayudó con las sillas, una y después la otra, y ambos fácilmente recogieron todo para llevarlo adentro de la casa, dejaron los platos y utensilios usados por ambos en la cocina.

– Vayamos a tu cuarto –Opinó BK, tomando la mano de Sehyoon, que asintió con la cabeza y siguió al menor hasta la habitación, en el piso de arriba.

Al entrar Byeongkwan miró a Sehyoon con la apenas visible luz que se colaba por las cortinas, que no era tan intensa ya que era el inicio del oscurecer.

– ¿Puedo que encender la luz? –Preguntó el peliverde.

– Déjala así, me hace sentir calmado –Dejó dos besos en una mejilla de Byeongkwan– Creo que no la necesito para darte la atención suficiente.

– Hyung... ¿P-Puedes besarme de nuevo? –Musitó el pequeño peliverde en un tono bajo y tímido.

Sehyoon tomó al menor por la cintura con cuidado y acercó sus labios, acariciándolos.

– Que me lo pidas me encanta tanto –Susurró sobre los labios de Byeongkwan, y luego los unió en un beso suave, que duró unos cuantos segundos.

– No dejaré de pedírtelo –Byeongkwan soltó una risita, y acomodó un mechón de pelo de Sehyoon detrás de su oreja.

– No dejaré de complacerte –Sehyoon habló, para después dirigirse a la cama, donde se acostó.

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