Era un domingo por la mañana, ya había pasado alrededor de dos semanas desde que supe de mi falso embarazo. Aún lo procesaba, y más cuando venían esas noches de celos que duraba el momento.
Mi cuerpo no podía tocar a Minho, mi omega se sentía avergonzado ante no poder darle un hijo a su pareja. Con la cola entre las patas y orejas bajas anda por todo el departamento; por la cosina, por el baño y por el sofa... Sí, todo el departamento. ¿porqué no entraba a la habitación? Fácil, el aroma de Minho era realmente fuerte allí ocacionando mis celos.
Por lo que sé cuando la pareja del alfa pierde un cachorro (en este caso falso embarazo) quiere de cualquier modo intentar preñarlo, sea en el celo o en un ambiente similar.
-¿SungSung, quieres ir a dormir? - habló Minho.
-no... -susurre. Mi cuerpo sudaba y mi cola se esponjaba de manera extraña. Mi noche de celo volvió a perturbar mi sueño.
-¿Quieres que te toque? - volvió a preguntar, yo solo quería estamparle el culo en la cara y que me follara, pero no, pero no podía permitirme esos lujos sabiendo que en estos momentos estoy en pleno embarazo psicologíco. No puedo hacerle eso a Minho.
Moví mi cabeza en forma de negación, a pesar de estar tapado hasta la cabeza con mantitas solo para no sentir el olor tan exquisito que llevaba mi amo. Aún no lo entendía ¿Cómo un humano podía tener ese caracteristico olor a alfa?.
-n-no...yo estoy bien - volvió a esponjar mi cola y bajar mis orejas. Podía sentir mi pancita retorcerse ante los sintomas del celo. Si tuviera un bebé, los sintomas tendrían sentido.
El lubricante natural se deslizaba con pasos sigilosos entre mis muslos internos.
No podía, ya no podía más. Necesitaba sentirlo, necesitaba volver a sentir sus dientes en mi marca... Ahora que lo pienso ¿cómo pudo marcarme si no es un híbrido?.
Mi omega se movía inquieto ante esa pregunta, ante no poder darle un hijo,ante no poder ser mejor... Ante nl poder ser alguién para él.
-está bien... Descansa- suspiró algo fuerte y se encerró en nuestra habitación.
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Era aproximadamente las 2 a.m y mi celo se volvía cada vez más intenso. Podía afirmar, con cierta vergüenza, que ya hasta mojé el sofa, mi cola, la mantita y hasta mis piés con mi lubricante natural.
Mis espasmo corrían desde mis orejas hasta la punta de mis piés, y el olor de mi amo no ayudaba en nada. Sentía el olor a café molido hasta donde me encontraba, haciendome mojar todo a mi paso con el lubricante y solta más y más feromonas.
-Amo... -gemi en voz baja, sabía que había usado la marca para llamarlo. Fué inconciente, lo juro. Aún así un Minho con sudor en su frente, sin camisa y cabello alborotado salió de la habitación.
Su olor era más intenso, y podría jurar que vi unos blancos y brillantes colmillos - a-am... minho-.
-Hasta aquí, no más, te necesito - habló de manera ronca, tal cual alfa, haciendome mostrarle el cuello y bajando mis orejas, no entendía nada. Él...
Él había usado una voz de mando.
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