7- Boceto

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No era tan trágico trabajar junto a Kamski y su sequito de frikis, era un ambiente moderadamente soportable, claro, siempre y cuando no estuviera Rogers o el profesor Jackson o cualquier fanboy moja-bragas que estuviera dispuesto a lamerle la polla a Kamski por atención, básicamente era menos estresante estar a solas con él, cuando trabajaba era reservado y estricto, te dabas cuenta rápidamente cuando se relajaba y comenzaba a lanzar indirectas, esa era tu señal para irte.

Hiciste varias notas de los proyectos menos secretos del club de ingeniería, siempre eran revisados por el profesor para que no se fuera ningún dato "ultra secreto", después de su aprobación, hacías unos últimos ajustes y lo enviabas a Todd. Estabas disfrutando aquello, era cercano a lo que te veías haciendo cuando fueras más adulta.

Ahora que parecías haberte adaptado, lo que debía empezar a continuación era, ayudar a Kamski con su "problema", hiciste una lista de lo que podía ser, si solo era con Rebecca que se comportaba como idiota o también con otras chicas, aunque había otra pregunta que rondaba tu cabeza ¿Por qué contigo era tan abierto?

Creaste una serie de actividades que Kamski debía realizar en sus ratos libres, hablarle a otra chica, con pretextos banales, los resultados arrojaron algo increíble, con la mayoría de las hacías mostraba una timidez mínima, pero había algo con las rubias, algo extraño, se ponía más nervioso que con las castañas o las pelirrojas.

Tenías que poner a prueba tu teoría, el sábado por la mañana apareciste de improvisto por su casa, te pusiste un ridículo vestido blanco corto que tu madre te había elegido, pero jamás habías probado usar, pediste una peluca larga rubia y la acomodaste en una trenza para no enredarla demasiado.

Kamski se petrifico al verte, no dijo nada, te observo por un largo rato.

Bueno ¿Me vas a invitar a pasar? – arqueaste la ceja.

Kamski no dijo nada, abrió más la puerta, permitiéndote entrar.

El aroma en la casa era de comida - ¿Vas a desayunar? – giraste hacia Kamski que aún estaba parado en la puerta sin dejar de verte.

Está bien – suspiraste y te quitaste la peluca – ¿Más tranquilo? – Kamski se acomodó las gafas y cerró la puerta, camino en dirección a la cocina.

Bueno, creo que eso comprueba mi teoría – te recargaste en la encimera de la cocina.

Kamski termino de preparar el desayuno en silencio, te paso dos bajo platos y dos vasos de cristal transparente, señalando la mesa. Los tomaste y los acomodaste. En la mesa había una jarra con jugo de naranja y un plato pequeño con moras y cerezas, serviste el jugo en los vasos y te sentaste, tomaste una cereza y comenzaste a mordisquearla.

Miraste a Kamski servir el desayuno en unos platos llanos, camino hacia ti y puso uno de los platos frente a ti, era un huevo frito acompañado de dos rebanadas de pan tostado con queso, la presentación era tan pulcra y perfecta que te pareció de un comercial.

Gracias – le sonreíste.

Podrías... - dijo en voz baja – Podrías ponértela – señalo tímidamente la peluca.

Eh... - miraste la peluca – Claro – te levantaste y caminaste hacia la entrada donde habías visto un espejo.

Regrésate y Kamski rápidamente poso sus ojos sobre ti, el desayuno era delicioso pero difícil de disfrutar con la mirada tan penetrante del castaño, que apenas presto atención a su comida. Terminado el desayuno, paseaste por el pasillo observando las pinturas. Giraste hacia tu izquierda y el yacía de pie mirándote detrás de los cristales de sus lentes, diste un pequeño salto.

Madre mía... - te llevaste la mano al pecho – Bien Elijah, esto me asusta un poco... - llevaste tus manos a la peluca.

Espera – levanto su mano – Podría... ¿Podría dibujarte?

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Kamski te llevo hasta una habitación en el segundo piso, era amplia con ventanas grandes, la luz entraba de manera maravillosa. Había maniquís y caballetes, había hojas rotafolios con dibujos de cuerpos y en la pared principal un enorme pizarrón con fórmulas.

Recorriste el lugar con curiosidad, mirando los dibujos, la mayoría no tenían cabeza, solo eran bocetos de cuerpos femeninos y masculinos, todos parecían cuerpos de barbies sin detallar los senos o los genitales.

Kamski puso una silla junto a una de las ventanas y saco una enorme hoja, te sentaste en la silla y lo viste sacar lápices.

¿Me quieres en alguna pose en especial? – comenzaste a arrepentirte de aceptar aquello, no te sentías lo suficientemente agraciada para ser dibujada, mucho menos corporalmente, como lo que parecía solo dibujar.

Se acercó a ti y te miro, te hizo ponerte recta y los pies ligeramente de lado hacia la izquierda, sin entreverse a tocarte mucho, pesos tus manos sobre tu regajo, una sobre la otra, puso tu rostro de perfil y al estar satisfecho se alejó a la mesa y sentó en una silla.

Te advierto que en esta pose me cansare pronto – reíste nerviosa.

Kamski comenzó a trazar rápidamente, parecía tan hábil como cuando escribía todas esas fórmulas y cuentas en los pizarrones del salón de ingeniería, la luz bañaba su silueta, y los mechones rebeldes caían entre sus ojos sin obstruir su vista, notaste que tenía más barba sobre su rostro.

Perfecto, ahora te estaba emocionando demasiado, no podía gustarte, claro que no, era un loco, como sus amigos, no, no puedes enamorarte, no por favor, te suplicaste, mientras desviaste la mirada hacia el pizarrón.

Entre las formulas, había nombres al azar "Androides" "Andro-Company" "Life Android" "Cyberborns" "AndroiLife" "Cyberlife".

Cyberlife – susurraste.

Kamski detuvo sus trazos, giraste un poco tu vista hacia el – Cyberlife suena bien... más elegante – señalaste el pizarrón – Kamski miro al pizarrón.

Se puso de pie y camino hacia él, tomo el borrador y borro todos los nombres excepto ese.

La mujer perfecta (D:BH Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora