Parte 6

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Dani se rió. Parecía que mis intentos para caerle mal eran inútiles.

-Bueno Marta, mi nombre es Dani y algo me dice que vamos a pasar juntos bastante tiempo.-dijo refiriéndose a las semanas de clase.

-No sabes cuanto me alegro- dije con tono irónico.

-¿Que te parece si nos vemos esta noche y vamos a tomar algo? Nos conoceremos mejor.- Ofreció él, contento.

-Ya bueno, el problema es que no te quiero conocer mejor.

-Aah, ahora entiendo tu borde carácter conmigo...

-¿Ya te has dado cuenta de lo idiota que eres?- pregunté con sonrisa sarcástica.

-No, me he dado cuenta de tu temor.

Me despertó la curiosidad.

-A ver, ¿a qué le temo?

-No es algo concreto, si no abstracto,- empezó a decir- temes a enamorarte de mi y acabar sufriendo por mi, por ti, por nosotros.

Solté una carcajada muy exagerada.

-¡Que gracioso eres! Pero no, no es eso.

Lo era.

Al acabar las clases, salí del pupitre, quité la mochila de la silla, cogí tres euros y me la puse en la espalda.

Salí de aquel instituto y me dirigí a la estación de tren para volver a casa lo antes posible. Eran las tres del mediodía y tenía muchas ganas de estirarme en el sofá y comer macarrones mientras veía Cazamariposas, un programa sobre cotilleo de famosos, moda, belleza, tendencias y actualidad.

Mientras caminaba pensando en Brad Pitt y su nueva película, Dani me bloqueó el paso poniéndose delante de mi.

-Disculpa, llego tarde.

-Tóma- me dió un papelito.

-¿Qué son estos numeros?- suponia que era su número de teléfono.

-Mi contraseña de Ebay, por si quieres comprarte un paquete de simpatía, veo que se te ha acabado.-bromeó.

-¡Uff que risa!- no me reía.

-Es mi número, envíame un WhatsApp esta noche para quedar.

-Mmm... no, gracias.

-Ambos sabemos que lo harás.

-Sí, lo que tu digas.

Me aparté y seguí mi camino.

En casa, abrí mi mochila para sacar las llaves pero, para mi sorpresa, en vez de llaves encontré mi llavero con una nota en la que decía, "¿Qué haces leyéndo esto? ¿Aún no me has llamado?".

Llamé a Dani furiosa.

-¡Hola coliflor!

-Que no me llames colifl... da igual, ¿y mis llaves? ¡Quiero mis llaves ahora, Dani!

-De acuerdo, te las daré, pero antes prométeme una cita esta noche.

-No pienso hacer eso.

-¿A no? pues en ese caso, que disfrutes de tu tarde en el portal de tu casa. Un besazo!!

-¡No, no! ¡Venga ya! llamaré a la policia.

-¿Y que les diras? ¿Que tu novio se ha quedado con tus llaves?

-Agggggh, de acuerdo, esta noche a las ocho y media delante de Stradivarius.

-¡Hecho!

-Ahora, ¿me devuelves mis llaves?

-Enseguida.

Y lo vi salir de un coche Audi, gris y bastante viejo.

-¿Quién te ha traido?

-¿Quién dice que yo no pueda conducir?

Puse los ojos en blanco.

-El novio de mi hermana me viene a buscar al instituto y le he pedido que se desvie de la carretera ordinaria por un segundo.

-Bueno, ¿mis llaves?

-Aquí están, pero recuerda; Stradivarius a las ocho y media.- Me guiñó un ojo.

Su precioso ojo almendrado.

Querido Pol...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora