Capítulo 6: Agonía.

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"Observa con cuidado

que en un segundo todo tu pasado, tu presente y tu  futurose puede esfumar "


Narra Albert 

(N/A: ¡Santo chucho cristo!)

- ¿Qué quieres, Alicia? - Respondí a secas sin ganas de nada, como siempre.

- Necesitó hablar contigo - Volvió a repetir dando un largo suspiro, ya sabiendo que le iba a costar trabajo. Me di cuenta que su mano estaba tocando, de un jalón brusco hice que me soltara.

- No me vuelvas a tocar. - Empecé a caminar para otro rumbo, se escuchó un nuevo suspiro de parte de echa seguido de sus pasos para insistir.- Habla, rápido.

- ¿Aun te duele la muerte de Esteban?- Me detuve en seco para girarme de un solo movimiento, Alicia saltó del susto al verme tan despierto de pronto.

- No te atrevas a decir su nombre, no quiero que su nombre salga de tus labios de puta...-Me acerqué a ella rabioso, abriendo mi boca poco a poco en señal de amenaza, Alicia se encogió sobre si misma.

- Albert... ¿No crees que él estaría feliz si no lo recordaras con dolor? ¿Qué lo olvidarás? - Mi mano voló hasta su mejilla y un sonido sordo, sonó al momento en que la golpee.

- ¡Yo estaría bien, si supiera que está en el cielo! ....¡O incluso en el infierno!- Alicia se fue poniendo de pie, con una mano en su mejilla. No se atrevió a devolverme el golpe.- ¿¡Sabes por qué!? ¡Porque seguiría su existencia aquí, conmigo!

El corazón se estrujo en un fuerte dolor sobre el pecho, sabría que eso que pedía ahora mismo no sería posible, mi corazón entero lloraba por nunca haber podido protegerlo de la forma correcta; era una peste como demonio y como ser existente. Las lágrimas me caían por toda la cara, mientras Alicia se dedicaba a mirarme con pena.

Caí de rodillas, mientras mis lamentos se escuchaban a la plenitud, pero en realidad a nadie la importaba.

Aún recuerdo ese fatídico momento como si fuera ayer, los recuerdos son tan claros y me golpean tan estruendosamente que podría jurar que lo vivo ahora.

La pelea entre Miguel era estruendosa, los músculos me quemaban de tal presión que estaba ejerciendo, inclusive mi poder demoniaco no parecía ser lo suficiente para siquiera tener un punto de ventaja; Miguel me estaba dejando las cosas sencillas.

Miguel pronto vio una oportunidad, acaricio mis ojos y yo de inmediato me hice para atrás. Sin embargo ese descuido hizo que la lanza que traía volara a dirección a Esteban.

Todo parecía pasar en cámara rápida, la adrenalina no me dio tiempo de decir o gritar algo. Aquella lanza destellante iba con una velocidad impresionante a Esteban que parecía shockeado de verme así, lamentablemente yo no estaba siendo lo suficientemente rápido.

-¡No!- Grité en cuanto la lanza lo atravesó justo en el pecho, estaba iba con tal fuerza que Gabriel se hizo a un lado en cuanto la vio atravesar por completo en Esteban y aun atravesando un par de edificios y arboles más.

-Ups.- Dijo Gabriel.

-¡Esteban!- Me lancé a su cuerpo tomándolo entre mis brazos, la nariz y la boca comenzaba a brotar sangre sin control, los ojos abiertos de par en par solamente me dejaban admirar sus ojos llenos de pánico antes de morir y el inmenso hoyo en su pecho solamente me manchaba más.-¡Por favor, por favor!

-Ah...-Suspiró Miguel desde atrás mío, con la lanza en manos. Pero era lo que menos me importaba.

- ¡No! ¡No te vayas! ¡TE AMO! ....¡ESTEBAN, TE AMO! –La desesperación ya me había invadido en ese punto, apresándolo contra mí mientras le gritaba que volviera a mí. No estaba listo para dejarlo ir.

La verdad es que después del incidente me volví un "rebelde", no pertenecía ni al infierno ni al cielo; solo era yo.

Narra Esteban.

No tengo Esquizofrenia, la esquizofrenia tiene síntomas peores que los que yo tengo. Ni siquiera tengo la mitad de los síntomas, ¿Por qué estoy aquí entonces? ¿Por qué me toca vivir el infierno de un loco entonces? ¿Por qué estoy sufriendo tanto?

Yo no estoy loco.

Te amo...Esteban

Me detuve en seco de mi caminata en círculos en mi habitación y de mi monologo interno al reconocer esa voz tan varonil, esa voz que solamente y únicamente pertenecía a Albert.

- ¿¡Albert?! - Pregunte en un grito girando para todos lados, tratando de visualizar, tratando de ver que su voz no fuera un producto de mi mente.

Te extraño...

- ¡Yo también te extraño! ¡¿DONDE ESTAS!? -La desesperación invadía mi ser las lágrimas de desesperación se acumularon, no quería pensar que era mi imaginación.

Lo lamento tanto...

- ¡ALBERT! - Chillé enserio desesperado.

¡Te amo!

- ¡YO IGUAL! - Grite a todo pulmón girando aún en forma rotatoria.

Silencio.

- ¿¡Albert?!- Grité con más desesperación al no recibir respuesta.- ¡No te vayas! ¡Sígueme hablando!- Una enfermera me veía asustada desde la puerta de mi habitación, me veía comprobando que me había vuelto loco por la forma en que golpeaba la pared.-¡Albert!

Sí, las letras cursivas están ahí porque  es un recuerdo de Albert. Como él lo vivió.
Los amo <3

Sin pecado concebido (Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora