Capítulo 15: Arcángeles.

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"Estamos aquí,

por un solo momento en la luz. 

Un día brilla para nosotros

y al siguiente estamos en la noche" Starlight- Starset.

La cara de Annie, debía de ser tomada para fotografía: Sus ojos estaban abiertos de par en par, sudaba de una manera sumamente asquerosa corriendo de apoco su base de maquillaje y su boca estaba ligeramente abierta. Podría hacerse pasar por una estatua.

-¿Qué pasa, Annie?- Ellise le preguntó rondado entre ella y Miguel; este último parecía que nada parecía perturbarlo y por el contrario solamente sonreía.- ¡Vengan los invitó a sentarse!

Ellise se dejó casi caer sobre una silla, todos nos sentamos alrededor de la mesa esperando a que tomaran asiento.

- Eh...- logro pronunciar con un esfuerzo sobre humano al parecer.

-Sí, gracias.- Dijo Miguel, salvando de un momento a otro a Annie. Se sentó como si de una pluma se tratara. Todo movimiento hacía aquel arcángel parecía majestuoso y hasta rítmico.

Albert, apretaba su mandíbula fuertemente en un intento de autocontrol el cual claramente, no daba ningún resultado.

-Annie, Miguel.- La castaña se recargó con sus codos volviendo a sonreír.- Queremos hablar seriamente con ustedes...y sí es posible con Gabriel también.

-¡¿QUIÉN TE CREES QUE ERES PARA ORDENARME?!- Annie azotó sus manos contra la mesa fuertemente, llamando la atención de los comensales ante tal acto de agresividad.

-Annie, cierra la boca.- Miguel le ordenó calmadamente, sin embargo su voz hasta a mí me hizo estremecer.

-¡Pero...!-Se quedó con la palabra en la boca antes de que el arcángel volviera a ordenar.

-¡Cállate!- Habló fuerte, inclusive Albert y Ellise se hicieron para atrás, su energía y aura en general era abrumadora.

-¡Wow! nunca había escuchado un arca ángel dar un grito.- Comento Albert divertido.

Miguel miró a Albert de manera cautelosa, de manera tranquila pero amable. Pronto su mirada recorrió en la castaña y Alicia.

-Ay hermana... ya te tenían advertida sobre lo que podría pasarte, y aun no escuchaste. ¿Sabes la consecuencias?-Volvió a hablar mirando a la pareja, más que juzgándolas parecía un tanto comprensible.

-Por favor, no queremos más problema.- Ellise volvió a hablar sujetando de la mano a Alicia, que pronto había palidecido, pero hablaba de manera calmada y sin gritar.- ¿Pueden estar los involucrados presentes?

-Está bien.- Miguel asintió con lentitud.- Llamaré a Gabriel también.

Miguel se levantó de manera grácil e hizo una señal que lo siguiéramos. Todos obedecimos sin poner peros, donde después de una larga y silenciosa caminata salimos de lo que aprecia ser el pueblito donde estábamos, el paisaje el lado parecía interminable y brutal.

.-Miguel, apúrate ¡quiero irme! –Chilló Annie abrazándose a si misma por el frío.

Miguel la ignoró para después sacar de entre sus ropas algo que parecía una concha de mar, muy pequeña a decir verdad. Miguel la limpió cuidadosamente con la yema de sus dedos.

-¿Qué es eso?-Le susurré a Albert al oído, pero no tuve respuesta. Solo me abrazó apegándome a él.

Miguel hice un movimiento y enormes alas se extendieron de su espalda, tan grandes y brillantes que se distinguían perfectamente de la blanca nieve. Tomó aire y sopló; para mi sorpresa el sonido fue tan fuerte que retumbo e hizo eco por todas partes, el sonido era tan similar a una trompeta.

Una segunda trompeta se escuchó por lo largo de los cielos provocando otro sonido suave pero podría jurar que este se había escuchado en todo el mundo.

-¿Me llamaban?- Una voz omnisciente habló antes de notar que de nuestras espaldas avanzaba a pasos ligeros el mismísimo Gabriel, era exactamente igual como le había visto la última vez. Ambos seres juntos se veían fuera de este mundo.

-Hermano Gabriel.- Miguel lo recibió con un abrazo.

-Hermano Miguel.- Gabriel por su parte también le correspondió el abrazo como familiares muy queridos.-Veo que este asunto es...complicado, ¿no?

-Sí, hermano.- Miguel habló con lentitud.- Ellos aclamaban por que los involucrados estuvieran presentes.

Gabriel nos miró expectantes antes de poner su vista en Alicia.

-Lo siento tanto, pequeño ángel caído.-Le susurró con una expresión melancólica.

-¿Ah...?-Alicia palideció ante la confirmación. Las lágrimas le comenzaron a caer sobre la cara con arrepentimiento total.- No, no, no...por favor.

-¡No te atrevas!- Ellise rugió sacando ambas alas, como un animal que aparentaba ser más grande para intimidar.

-Ellise...-Albert la tomó del brazo jalándola hacía atrás.-

-No entiendo porque tenemos que estar presentes tú y yo.-Gabriel volvió a dirigirse a Miguel.

-La verdad es que yo tampoco, este caso ya estaba terminado.-

-¿¡O sea que no van a solucionar todo el caos que hicieron?!-Ellise berraba llena de ira. La nieve comenzaba a arder a su paso.

-No.- Gabriel sonrió.

Sin pecado concebido (Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora