" Hay tres cosas que se van, y nunca regresan:
el tiempo, las palabras y las oportunidades"
Me sentía bien...algo que desde un año, no había sentido tan satisfactoriamente.
El calor de ser abrazado, el latir de su corazón fuertemente, el sentimiento de ser amado... era algo que realmente no desearía perder de nuevo; me encantaba el sentimiento que me brindaba.
¿Cómo es posible, que este bello ser de las tinieblas y de la noche pueda seguir amándome?
El frio viento de la noche dejo de rozar mi cara de manera brusca, las nubes dejaron de ser cortadas por las grandes alas de Albert y las aves dejaron de cantar junto a nosotros en los cielos.
-¿Estas bien?- me pregunto viéndome a mi demacrado rostro, pronto me di cuenta que seguíamos en los cielos pero Albert se mantenía quieto en una sola posición.
-Si... no tengo frio si es lo que te preocupa.- Dije a pesar de que solo traía la bata y probablemente media nalga de fuera.
Albert, tomo de mi rostro y planto un beso en mis labios.
-Te amo...- Susurró sin alejarse mucho.
-Vamos a bajar, veo que allá abajo hay una cabaña abandonada.- Señaló para abajo, quedé impresionado por la espectacular vista que tenía Albert puesto que yo solo veía oscuridad y un par de luces a esta altura.
Me limité a asentir y de inmediato Albert comenzó a descender de manera lenta y nada abrupta hacía el suelo; parecía que estábamos en una especie de llano donde alrededor solo había fauna y flora, probablemente los vecinos de la cabaña estaban a kilómetros de distancia. Albert de una patada voló la puerta de madera y me dejó en el suelo y acercó a mi rápidamente una silla de dudosa procedencia a mí; un fuego azulado de la nada prendió la chimenea dándome un buen susto.
-Esteban.- Comenzó a hablar de repente, sin embargo le interrumpí.
-¿Estas vivo o muerto? – Pregunté rápidamente, Albert arqueó una ceja como si no supiera de que carajos hablaba.
-Estoy vivo....- Arrastró una silla junto a mí provocando el crujir de esta en cuanto se sentó. - Si supieras que yo pensaba que tú estabas muerto...-
-¿Qué?, pero si se supone que tú eras el que había muerto. Yo lo vi...
- Te explicare....- Comenzó a hablar cuando una nueva sombra atravesó la habitación, Albert de inmediato sacó los dientes para enfrentarse; sin embargo de entre las sombras salió la esbelta y glamurosa figura de Ellise burlándose de nosotros. - Ellise...
-Awww...Ya trajiste a tu soquete.- Se burló mirándonos.
-¿Alicia y Hugo?-Preguntó Albert. Mi corazón se negó a verlo con tan solo la mención de su nombre.
-Aquí están, idiota.- Se hizo de lado haciendo notar la presencia de Alicia y Hugo; sentí repugnancia al verlos... inclusive yo mismo me hice un par de milímetros atrás involuntariamente. Alicia mantenía a Hugo abrazado por los hombros, ambos con la mirada al suelo.
-Alicia, por fin podrías explicarnos a ambos, ¿qué carajos pasó?- Albert soltó de manera brusca, mirándola como si en cualquier movimiento en falso le fuera arrancar los ojos.
-¡Te dije que tuvieras más respeto!- Ellise alzó la voz y el piso pareció hundirse un par de milímetros. Fue cuando me di cuenta que dos cuernos contorneados sobresalían de su cabeza, aunque uno de estos parecía haber querido ser arrancado por la forma tan peculiar que tenía.
-¡Yo no le voy a tener respeto a esa puta!- Albert gritó de vuelta aventando la silla contra una pared perforándola perfectamente.
-¡Ellise, cálmate!- Gritó Alicia tomando su ante brazo, en cambio a ellos su gritó no hizo nada violento en el ambiente. Ellise la miró, dos alargados colmillos sobre salían de su hocico provocando que la piel se me erizara... sin embargo Alicia mantenía una sonrisa entre lágrimas para tratar de calmarla.- Por favor, cálmate...
-Pero...- Ellise protestó casi volteándose violenta contra ella. Alicia no perdió los estribos y la detuvo de un hombro. La rubia asintió como pidiéndole permiso y la castaña se hizo a un lado con los hombros más relajados.
- Esteban.... lo siento, lo siento.-Fue lo primero que soltó siendo presa del llanto.- Todo fue totalmente planeado...desde que Albert creyera que tú estabas muerto... hasta que te internaran en un Psiquiátrico...
Me quede sin aliento. Me sentía en estos momentos tan traicionado.
-Ajá...-Respondí con un nudo en la garganta.
- Cuando... comenzaron la memoria de todo aquél que supiera de la existencia de Albert, también manipularon las suyas.
-¿Qué?- Soltó Albert de manera precipitada, me di cuenta en ese momento que él tampoco tenía la más mínima idea de que estaba sucediendo
-Deben de entender que el Cielo y Padre... es muy poderoso, ya probaron la fuerza de los arcángeles más fuertes, la verdad es que me imagino que hubiera sucedido si un Serafín* hubiera bajado a solucionar su asunto...- Bajó la mirada unos segundos como si estuviera meditándolo, sacudió su cabeza de un lado a otro y prosiguió.- Hubo dos momentos en que sus memorias fueron manipuladas para captar la realidad de una manera distinta: Gabriel y Miguel hicieron un movimiento que ninguno de los dos considero importante; les taparon los ojos un par de segundos.
-Oh...- Solté impresionado recordando que era verdad.
-En ese momento, sus mentes fueron manipuladas...todo lo que pasó ninguno de los dos lo vio.
-Agh...-Suspiró Ellise exasperada.- En pocas palabras porque ya me aburrieron; sus mentes fueron manipuladas y ambos se creyeron muertos el uno al otro. Fin.
-¿Por qué...?- Comencé a hipear del llanto, la verdad que la rabia dentro de mi ahora era inmensa.- ¿Por qué me hiciste esto Alicia?
- ¡Eso yo lo quiero explicar!- Habló Ellise alzando la mano.
-Ellise...- Habló por lo bajo la rubia como si pudiera que se callara.
-Es porque te quiero defender, linda.- Ellise sonrió de manera amplia.- ¿Sabías que Harry y ella comparten un pecado en común?
-¡No! ¡Cállate! – Alicia trataba de cubrirle la boca con sus manos, sin embargo Ellise estaba muy divertida esquivándola.
-El pecado de amar a un demonio...- Sonrió ampliamente.- ¿Verdad, amor?
Quede atónito, ante eso. Alicia se cubría la cara como si en verdad tratara de negar que alguna vez se enamorara de Ellise; Hugo las miraba a ambas boqui abierto.
-Eso es verdad.- Dijo Albert a mi lado, le miré aún más sorprendido de que el supiera eso.
-Aquí es donde comienzo a defenderla.- Ellise cambió de expresión totalmente agachando a verme.- Yo te odio, en verdad que por mí en este instante te comenzaba a despellejar vivo ; por el mero hecho que eres la causa de la desgracia que nos pasó a Alica y a mí.
-¿Yo?
-Sí, imbécil.- Ellise suspiró antes de continuar.- Tu estúpido demonio debería contártelo más a detalle un día de estos porqué te involucras en esto. Por el momento, digamos que... fuimos entregadas y traicionadas en nuestro amor, Alicia quedó totalmente contra la espada y la pared y yo fui condenada a la peor agonía durante miles de años. Por eso Alicia hizo esto... no tenía opción, ustedes no tienen ni la más mínima idea de lo que significa ser un caído.
*Serafín: En algunas religiones, ángel que está junto al trono de Dios y que tiene un grado superior al de los querubines.
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Sin pecado concebido (Yaoi)
Romance"Él no existe." Son palabras que suelen repetirme tan constantemente que empiezo a creerlas. Nadie recuerda los acontecimientos sucedidos, nadie recuerda el terrible caos que una iglesia provocó, ni la enigmática polémica que generé cuando me enc...