[ DEVOTION ] [ YOONSEOK ] [ +18 ] [ Halloween Special ]

[ I ]

Fue como la brisa. No, no; tal vez como un flechazo... ¡Algo más fuerte! Un impacto, sí, como si... El amor hubiese llegado como un gran golpe en la cabeza que hacía todo dar vueltas de pronto.
Así fue como HoSeok conoció a Min YoonGi, un muchacho de último año que nunca antes había visto.
Aunque, bueno, ¿Cómo podría? Jung era de reciente ingreso, a sus jóvenes 16 años entrando en su primer año de secundaria.

Era como si todo de pronto cobrara sentido, todo hubiese caído en su lugar. Como todos sus intentos por entrar a otra escuela hubiesen estado premeditados, como los golpes de su madre hubiesen sido con justificación para que no huyera de casa, como toda su vida estaba destinada a ese momento. HoSeok lo supo al momento de encontrarse con esos ojos cansados y pequeños, y esa voz tan grave que le hizo temblar de los pies a la cabeza, incluso si fue un: «ten más cuidado, niño»; al momento de estar tirados ambos en el piso por estrellarse uno con el otro en el primer día de clases del año, con todo ese revuelo que tenían todos para saber en qué clase estaban o con quién irían a tal y cual club, HoSeok sintió cómo todo se pausaba en esos instantes, incluso su corazón, su respiración, y entonces lo supo; el amor de su vida había llegado por fin.

ㅡQuerido diario... ㅡ HoSeok estaba en su casa ya, ignorando los gritos que su madre le daba a su hermana mayor en el primer piso, mordisqueando la parte trasera de su lápiz, mirando su bonito cuaderno/diario personal, pensando en qué podía escribir porque... ¡Dios, no habían palabras para describir su primer día!, ¡ni tampoco a ese príncipe de cabellos oscuros y pálida piel que llegó a él como en una escena de drama!
Ah, HoSeok se removía en su silla rosa cuando recordaba ese momento, sus piernas temblaban como gelatina y su estómago sentía mariposas, sus mejillas se coloreaban y no podía evitar sonrojarse y soltar ruiditos de emoción.
Su olor... ¡podía sentirlo aún inerte en su nariz! Y los moratones en sus rodillas eran el recuerdo más palpable, no pudo evitar presionar sobre ellos solo para revivir ese momento, ¡como si pudiera devolver el tiempo al igual que una película!

HoSeok se limpió la comisura de sus labios al recordar la vista que tuvo en primer plano de esos delgados, rosas y algo quebradizos labios ajenos, no pudo evitar salibar al imaginarse besándolos, o tocándolos, o mordiéndolos... ¡Ah, era tan precioso sentir el estremecedor amor!
Pero debía concentrarse en su escritura, sí.

"Querido diario, ¡hoy conocí al príncipe que compartirá su vida conmigo! Es tan apuesto, aunque algo bajito, ¡pero eso lo compensa su hermosura! Su pálida piel es como la de Blanca Nieves, ¡se sintió tan suave al tocarla cuando juntamos nuestras manos al levantar mis cuadernos! Tan caballeroso, no dejó que levantara mis cosas solo. Ah, de solo recordarlo suspiro mucho, ¡¿así se siente el amor?!
Aún no sé su nombre, tampoco en qué año está, pero se ve algo mayor que HoSeokie, así que mi actividad de mañana será saberlo todo de él, ¡Sería una falta muy grave de un compañero predestinado el no saber nada de su lindo futuro novio!
¿Cómo sé que es amor? Me estremezco cada que lo recuerdo, mi cuerpo se siente sudoroso y caliente de solo recordar su voz, su olor, su piel, su suavidad, ¡fue el destino, estoy seguro!".

HoSeok nuevamente tuvo que limpiar su boca con el dorso de la mano, y si no hubiese escuchado la puerta de salida abrirse desde el primer piso, hubiese escrito mucho más, pero para ser el primer día, estaba completamente satisfecho con su reporte.
Su padre, quien había llegado a casa por fin desde el trabajo, era la señal que esperaba para bajar por fin, pues el infierno se había convertido en paraíso, su madre siempre que llegaba su Rey despegaba un aura rosa y era toda sonrisas.
Antes no lo entendía, pero ahora... ¡Ahora comprendía todo!