Pasiva. [KatsuDeku] ||O.S.||

Capítulo Único (Parte I)

Separó sus parpados lentamente al sentir los tenues cálidos rayos del sol atravesar las cortinas de su ventana y chocar contra sus orbes granate, maldijo por lo bajo mientras se incorporaba de su cama y se tallaba los ojos con las palmas de sus manos para terminar de despertarse.

El reloj marcaba las siete y media; aún era temprano, al menos para él. Generalmente las mujeres se levantaban un poco antes que los chicos, por lo que a esa hora todos los hombres aún se encontraban dormidos, pero seguramente alguna que otra chica ya se alistaba para ir a tomar sus clases en U.A. Después de un intento fallido por tratar de dormirse de nuevo, Katsuki decidió bajar a la sala de estar, a revisar si las mujeres ya se habían ido.

Salió de su habitación y escuchó varios gritos en la habitación de a un lado. Aún no se acostumbraba a tener al idiota de Kirishima junto a él. Tenía que soportar metal a las siete de la mañana. —Tsk —se quejó y siguió su recorrido. Bajó las escaleras y escuchó varias risas y murmullos, entre ellos escuchó su nombre, así que se detuvo antes de pudiera ser ser visto por aquellas jóvenes sentadas en círculo. Reconoció la voz de Uraraka, Yaoyorozu, Jirou y Asui.

— ¿Y qué dicen de Bakugou-kun? —Yaoyorozu dijo entre risas.

— Yo opino que con él estaría bastante bien —habló Jirou—. Con ese cuerpo y ese carácter... sería bastante dominante y posesivo. Para esas veces que quieres algo un poco rudo —sonrió. Katsuki llevó sus manos a su boca para evitar que escucharan su risa. ¿En serio estaban hablando de eso? ¿A esas horas?

—¡Ay, Jirou-chan! Eres muy atrevida... —intervino Tsuuyu—, pero tienes razón, opino lo mismo.

—Honestamente, sí —habló Yaoyorozu emocionada—, pero como dije hace un rato, prefiero a Todoroki-kun.

—Tsk —Katsuki chasqueó su lengua. ¿Qué tenía ese maldito "mitad-mitad" que él no? Lo dejó pasar y continuó escuchando atentamente.

—A ver si las demás chicas se apresuran, se está haciendo tarde —habló Uraraka un tanto preocupada.

—No importa —Yaoyorozu interrumpió—. Esto se pone cada vez mejor —sonrió.

— ¿Y Midoriya-chan? —Tsuuyu preguntó. Todas en automático rieron, a excepción de una. Uraraka sólo sonrió.

—Pobre de ti, Uraraka —Jirou se carcajeó—. A él ni me lo puedo imaginar... estoy segura que no tiene la menor idea de cómo hacerlo.

—Yo más bien me lo imagino debajo de alguien —Yaoyorozu habló pensativa—, algún chico tal vez; con su cuerpo tan pequeño, sus facciones, las caras que pondría mientras otro hace de las suyas encima de él. Me prendería más verlo bajo otro hombre. Amaría ver algo así. Sus gemidos, dios...

—¡Bueno, ya! —Uraraka gritó interrumpiendo—. Entiendo tu punto. Es muy...

—¡Pasiva! —gritó Jirou antes de taparse la boca para no reír tan fuerte. Las otras estallaron en carcajadas.

—Ay, chicas... —Uraraka sonrió después de controlar su risa—. Mejor vámonos ya, que las demás nos alcancen. Los chicos no tardarán en bajar y podrían escucharnos.

Todas se levantaron y rieron al mismo tiempo. Atravesaron la puerta para encaminarse a la academia.

Katsuki desde las escaleras que había escuchado esta última parte de la conversación se reía en su mente. No podía creer que las chicas hablaran temas como esos, pero no las juzgó demasiado, pues los chicos han hecho y hablado cosas peores...

Salió de sus pensamientos acerca de todos los actos infames que han cometido él y sus compañeros varones cuando escuchó como las puertas de las habitaciones superiores se abrían y cerraban. Los demás estaban terminando de prepararse, así que subió las escaleras lo más rápido que pudo y se cambió su ropaje de dormir por el uniforme de la academia. Para cuando terminó de arreglarse, los otros yacían en la sala; esperándolo.