Sexta carta

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19 de Diciembre

Hey Jude, hoy es domingo.

Un día triste y vacío. El lunes le sigue en mi lista de días que odio. Los lunes las calles están llenas, chicos van a sus clases, adultos van a su trabajo. Los domingos, no. Los domingos son días para llorar, días de soledad, los negocios cierran, la gente no sale, los niños hacen su tarea, las calles gritan en silencio, la gente no vive.

Tú amabas los domingos, eran tus días favoritos. Decías que lo que más te gustaba era el silencio, salir a caminar al río que queda a unas cuadras de casa, el rocío cayendo, como es costumbre aquí, a veces andar en tu skate. Esa costumbre que he tomado por mía en estos días de tu ausencia, pero aun así siguen siendo los peores días. No me ayuda a olvidarte, todo lo contrario, a veces me encuentro llorando en silencio por ti. 

Me siento una persona egoísta, me odio por serlo ¿No me odias? No hago más que alardear sobre lo triste que se me hace tu ausencia, pero nunca me he puesto a pensar en porque lo has hecho, porque nos has dejado. Ya ves, vuelvo a ser egoísta, no dejo de pensar en mí.

Déjame contarte como van las cosas en casa. Mamá sigue desapareciendo, nuestra pequeña hermana dice que se escapa con su novio. Me parece algo irresponsable, mientras que ella piensa que es algo muy romántico. Lo he pensado bien y nunca me habla de ti, no desde que te fuiste, supongo que para ella también debió ser difícil perderte. Aunque no lo demostraba, ella te amaba, ella nos ama. Todo ha sido difícil desde que papá se fue, más para ella que para nosotros. Podríamos haber llegado a pensar que si papá se iba seríamos una familia más estable y feliz, pero creo que solo empeoró las cosas o las dejó igual de mal, en otro sentido.

Nuestra pequeña, ciertamente ya no es más pequeña, dentro de unos días cumple los 10 ¿Sabes lo que me ha pedido de regalo? A ti. No le prometí nada, pero ella sabe que la amabas, ¿no es cierto? Si, lo hacías. Me fui corriendo y me escondí en mi cuarto, no quería que ella viera las lágrimas, pensaría que no podré darle ese regalo. En realidad, no puedo hacerlo, no puedo traerte de vuelta, tal vez ni siquiera puedas volver por ti mismo.

Te extraño, si no puedes verme yo iré a verte a ti.

Con amor, Emily.

Hey JudeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora