Duodécima carta

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27 de Diciembre

 

Hey Jude, hay tantas cosas que necesito contarte.

No es bueno estar solo, tampoco es malo, simplemente no es bueno estar siempre solo. Por eso he decidido no estar sola. Sé que no es cuestión de decirlo y hacerlo, sé que no solo depende de mí, pero al mismo tiempo sé que si es así. No puedes mantener lejos a las personas solo porque te sientes mal contigo mismo. Soy egoísta, débil y estúpida, y no te merecía, no merezco al amigo que tengo. No merezco nada de lo que tuve, tengo o tendré.

No merezco a la pequeña y hermosa hermana que tengo, pero ¿qué voy a hacer si llego a perderla? No voy a soltarla, sé que si lo hago aunque sea durante unos pocos segundos la perderé, al igual que pasó contigo. Hoy me he dado cuenta de que ella es muy importante para mí, más de lo que me pude haber imaginado.

Hoy es su cumpleaños, pero estoy segura de que ya lo sabes, no lo olvidarías. No pude darle el regalo que ella quería, eso me ha partido el corazón. Aun así ha estado muy feliz con el pequeño cachorro que ahora tenemos en casa, le ha puesto Hope. Josh vino a visitarla y le regaló un bonito collar. Lo que me ha sorprendido mucho fue la alegría de mamá. Está mejor Jude, no es la mejor mamá del mundo pero no puedo culparla por eso, la entiendo.

Josh se ha quedado hasta hace unos minutos, nos sentamos fuera en el patio y hablamos. Vimos las estrellas, y tú estabas ahí. Mi corazón cree que todas esas estrellas te guiarán a casa algún día, o tal vez me guíen a mí hacia ti.

En ese momento, después de haber pasado un hermoso día con mi familia, después de haber comido pastel, después de haberme reído mucho, de ver feliz a mi madre y recordar viejos tiempos, he deseado que estuvieras aquí. Él lo supo y, en verdad, no hubo mucho que decir. Hablamos en silencio, él me entendió y yo lo entendí a él. 

Te quiero, siempre.

Con amor, Emily.

Hey JudeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora