Décima carta

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Diciembre 25

 

Hey Jude, es impresionante como las cosas pueden llegar a cambiar de un segundo a otro.

Imagíname sentada en el patio, leyendo un libro. Imagina que nuestra hermana está sentada en nuestra sala de juegos mirando el canal Disney, mamá está haciendo la comida y tú estás en tu cuarto jugando con la laptop. Tenemos planeada toda la tarde de un fin de semana de primavera, iremos al cine y comeremos pochoclos, y luego tal vez podremos ir a comer a McDonald’s. Estamos emocionados, no dejamos de contar los minutos que faltan para salir e ir al cine a disfrutar en familia.

Solo ha pasado un segundo, cuando papá entra en casa. Está ebrio, como es de esperarse cuando cruza esas puertas. Se enfada porque mamá no tiene la comida hecha, se sienta junto a nuestra pequeña hermana y le cambia de canal, ella sale corriendo y se larga a llorar en su cuarto cuando papá la regaña. Los dos escuchamos el ruido y vamos hacia la sala, donde papá no deja de gritar a nuestra madre. Decido ir a consolar a nuestra hermana, mientras tú tratas de tranquilizar a papá.

Ya todos lo sabemos. La emoción ha desaparecido de nuestros rostros. La tranquilidad y felicidad del momento se han ido y nos has abandonado por el resto de nuestro fin de semana perfecto. Aquel día no sería lo que nosotros habíamos imaginado. Ya no podremos ir al cine y comer pochoclos, ya no cenaremos hamburguesas y menos disfrutaremos este fin de semana de primavera.

Todo ha cambiado en tan solo un segundo. Ese momento también lo ha cambiado todo. Lo recuerdo muy bien, como si hubiera sido ayer, y así lo siento todos los días. Cada mañana te recuerdo sentado a mi lado, ayudándome con las tareas o consolándome, cuando caigo y siento el frio entrar en mí, un vacío inmenso vuelve a llenarme. Vuelvo a caer y veo mi propia realidad, una vida vacía de vida, estoy llena de un vacío profundo e imposible de llenar.   

Cuando ese día pensaba volver a verte al regresar del instituto, mi madre me recibe con los ojos rojos de tanto llorar. La vida la ha abandonado, y lo supe, supe que te habías ido al fin. Creí estar preparada, sabía que ese día llegaría pronto, pero uno nunca se prepara para estas cosas. Cuando crees que eres fuerte te cae una piedra encima, piensas que puedes con ella, pero no es cierto. Todo ese tiempo que decías ser fuerte, cuando presumías de tu fortaleza, solo te debilitabas más, día tras sin darte cuenta te volvías más débil. Me he vuelto débil, no lo he podido superar.

Lo haré, viviré mi vida. Ayudaré a mis seres queridos y esperare el momento justo para irme contigo. Cuando vea que todo a mí alrededor está preparado para dejarme ir, lo haré. Cuando ya nadie me necesite, me iré. Cuando ya nadie me recuerde, iré contigo.

Te amo, espérame.  

Emily.

Hey JudeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora