2: El amor, no lo es todo...¿O si?

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-¿Cómo que no puede hacer nada?, Esto es una injusticia director.

Ayudé a Sebas a levantarse del suelo y cuando estaba de pie, no dijo nada, solo me llevó con él hasta uno de los edificios principales de la escuela. Esa tarde después del incidente. El director recibió una inesperada visita de un chico con un gran dolor de estómago y de cabeza y una chica con la dignidad manchada y con los ánimos por los suelos.

-Lo siento Sebastián, pero según tu explicación que me has dado, tu hiciste que Héctor reaccionara de esa manera, golpeándolo primero. En todo caso al que tendría que suspender es a ti.

-Esta bien director, entiendo que yo inicie el problema, ¿Pero que me dice de lo que le hizo a Val?, ella ha sido la mejor de la clase desde que llegó a esta escuela y nadie más que usted sabe que ella no es ese tipo de chica.

Después de que Sebas, hablara por mi un par de minutos (si es que se le puede llamar así a sus gritos, insultos y manotazos que daba al aire) y que el director se negara a todas sus peticiones,lo tome de su brazo y lo jalé.

-Esta bien Director, no se preocupe. Muchas gracias por su atención.

Mientras dije esto, nos lleve a Sebas y a mi a la puerta de la oficina del director, para poder salir de allí de una buena vez, ya que en realidad no estábamos llegando a ningún acuerdo.Cerré la puerta y empeze a caminar con la cabeza abajo, con las manos en los bolsillo y mirando como mis converse amarillos, se ponian uno enfrente del otro.

-Chica, por qué nos has sacado de allí, tenemos que hacer algo para que ese idiota pagué lo que nos hizo y también para ver qué todos sus amigos borren esas fotos que te tomaron.

-Déjalo así Mercury, vamos, que ya empieza la siguiente clase.

Dije, todavía con la cabeza mirando el reluciente suelo del edificio. Mi mente estaba confundida de verdad, nunca había sentido tal confusión.

No me había gustado que Héctor metiera su mano dentro de mi blusa y me apretara mi pecho…o por lo menos no enfrente de tanta gente. Tal vez en otra ocasión u otro lugar  no se lo negaría para nada.

-Perdon que te lo diga así, pero...¿Eres idiota o qué te pasa?, No piensas hacer nada en contra de ese tal Héctor. Val, no puedes permitir eso.

-Sebastían, porfavor, no quiero que nadie más sepa acerca de esto, si hacemos que el director tome medidas, no solo toda la escuela se va a enterar, mis padres lo sabrán, además ¿Que crees que haga Cris cuando se entere?. Prefiero dejarlo así, ¿Puedes prometerme que no le dirás a nadie?.

Entonces Sebastían me mostro una sonrisa medio forzada y me agitó la cabeza lentamente de arriba a abajo, se acercó a mí y me dio un abrazo. Pude oler su perfume y oír su voz susurrandome:

-Te lo prometo Val.

Después de esto, no se lo que me paso, deje de abrazarlo y salí corriendo hacia el baño, todos aun se me quedaban viendo como bicho raro, quebrando aún más mi poca autoestima que me quedaba ese día.

Llegue al baño, me encerré en un cubículo, me senté y comencé a llorar, deje mi alma en ese cubículo y por mas que trataba, las lágrimas no paraban de salir, me sentía sola, abandonada,¿Pero porque?, si yo lo tenía todo ¿No?, un excelente promedio en la escuela, un novio espectacular, apoyo de mis padres en todo momento, grandes amigos e increíbles experiencias.

En ese momento me di cuenta que la depresión, está allí, a pesar de que tu vida, según tu, siempre sea color de rosa, solo basta un pequeño empujón para caer por completo.

-Val, ¿Estás allí querida?

Escuche una voz aguda que reconocí de inmediato, me limpie un poco mis lagrimas y salí del cubículo.

Caminos IncorrectosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora